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La encontró nuestro criado en el cuarto de Jacobo... Á consecuencia de esto, se produjo un violento altercado entre mi hijo y su amigo... Estuvieron á punto de batirse... Pero amigos comunes arreglaron el asunto. ¿No ha manifestado nunca Jacobo sentimientos de rencor ó de hostilidad hacia su antiguo amigo, después del acontecimiento? No, que yo sepa.

No quería mamá que te viera, Inés exclamó Asunción . ¡Qué raro acontecimiento! Yo me despedí creyendo no verte más... y ahora yo estoy en casa y fuera. Hipócrita, tan preparado lo tenías, y no me habías dicho nada.

La venida al mundo de un Febrer era un acontecimiento del que se hablaba en toda la ciudad. La gran dama parturienta permanecía recluida en su palacio cuarenta días, y en todo este tiempo las puertas estaban abiertas, el zaguán lleno de carrozas, la servidumbre formada en la antecámara, los salones llenos de visitas, las mesas cubiertas de dulces, bizcochos y refrescos.

En 1818, después de la guerra europea, reemprendióse esa guerra contra la Naturaleza, la investigación del gran paso, iniciándose con un grave y extraño acontecimiento. El intrépido capitán John Ross, mandado con dos buques á la bahía de Baffin, fué víctima de las fantasmagorías de ese mundo misterioso.

Era una vecina que prestaba sus servicios á Spadoni cuando se quedaba en la casa. La presencia de un visitante representaba para ella un acontecimiento. que está dijo . ¿No oye usted? Lubimoff oyó, efectivamente, amortiguado por los gruesos muros, el tecleo de un piano.

Fuera de los tres o cuatro amigos que le ayudaron a persuadir a D. Santos, a nadie dio parte de la intriga; pero el domingo por la tarde, víspera del acontecimiento, lo mismo Manuel Antonio que él, lo fueron pregonando por todos los grupos y citándose para el día siguiente en el café de Marañón.

Ahora voy a explicarle ese acontecimiento continuó Adela . Desde el instante en que recibió ante sus compañeros el nuevo título con el cual en lo sucesivo se le debía reconocer, menos orgulloso de aquella distinción que, enajenado de poderlo hacer servir para el éxito de su amor, corrió a arrojarse a los pies de mi abuelo y a confesarle su falta, su arrepentimiento y sus deseos.

La geogragía y la historia de estas obras parece la misma que la de los libros de caballería, y si por casualidad se aprovecha algún acontecimiento histórico, ó que lo parezca, va acompañado de los pormenores más novelescos é inconciliables con la verdad histórica.

Pues lo que hice al día siguiente: bajar al pueblo para pedir solemnemente la mano de Lituca a su abuelo y a su madre, después de haber dado por la noche cuenta de mi resolución al Cura don Sabas y al médico, que me la pusieron en las nubes, particularmente el primero, que hasta lloró de entusiasmado, y, por su gusto, hubiera mandado repicar las campanas en celebración del acontecimiento, que tenía por providencial para la casona, para , para Lituca y para el valle entero y verdadero.