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Actualizado: 5 de junio de 2025
Cuando Lope de Vega acometió la reforma literaria de este linaje de espectáculos, se apoderó de los elementos tradicionales, que los formaban, é introdujo en sus autos la alegoría; pero hízolo, en verdad, elevando á extraordinaria altura su valor poético.
Tuvo intento de llamar en una puerta para que le librasen de aquel martirio; pero al hacerlo le acometió tal vergüenza que renunció á ello y prefirió seguir hasta Villoria. Cuando alcanzó á ver las primeras casas era ya muy cerca del amanecer. Se dirigió á la de uno de sus tíos que allí vivía, quien le desató al cabo, le consoló y le ofreció una cama para descansar.
Una gran multitud empujaba las ruedas, y pocos momentos faltaban para que los cañones alcanzasen lo alto de la meseta. Aquello fue como un rayo sobre la cabeza de Juan Claudio; se puso intensamente pálido, y le acometió un acceso de furor indescriptible contra Divès.
Tomó de improviso las armas y salió para Sevilla deseoso de castigar tamaño ultraje: dió en el camino con el valí, le acometió, luchó como una fiera con él, le puso en retirada, le obligó al parecer á llevar consigo la ignominia y el pesar de una derrota.
El animal no se movía, pero levantaba la cabeza con estos gritos, lejanos recuerdos de un país que no volvería a ver. «¡Coronel!» Hasta que, volviendo la cabeza, vio a un hombre que le llamaba desde la barrera, y le acometió en línea recta. Pero en mitad de la carrera refrenó el paso y se aproximó lentamente, hasta tocar con sus cuernos los brazos tendidos hacia él.
Puede ser que en esto Montaner ande algo apasionado, atribuyendo toda la culpa á los Emperadores; pero lo que yo tengo por cierto, que el pueblo irritado ejecutó esta maldad y ellos no la atajaron. En Constantinopla se levantó el pueblo, y acometió los cuarteles á do estaban los Catalanes, y como si fueran á caza de fieras les iban degollando y matando por la Ciudad.
A Rosalía empezó a repugnarle tanta circunspección, y ya estaba reuniendo todo su desprecio para dedicárselo por entero, cuando la idea de los compromisos del día 9 la acometió con furia. Pez, leyendo en su cara, le dijo: «Está usted pálida». Rosalía no le contestó.
Rápido, y presa de insana y criminal furia, Pedro Pavón acometió enseguida al lego, que huyó despavorido, sin que lograra, apesar de su diligencia, librarse de una terrible puñalada que le atravesó la garganta. A los gritos de los heridos acudieron los frailes, quienes después de muchos esfuerzos, consiguieron sujetar al criminal mientras otros recogían los ensangrentados cuerpos.
Al leer esa prosa vulgar e hipócrita, me acometió un furor tal, que solté una violenta carcajada, y tirando la carta al suelo me puse a pisotearla. Un ligero suspiro de Marta, a quien, sin duda, mi risa había hecho mal, me volvió a la razón.
Una segunda parte, de la que se ocupaba el autor cuando publicó su poema , quedó interrumpida por su muerte, que lo acometiò poco despues, en una edad avanzada, y fuera de su patria, adonde habia deseado tanto volver. Buenos Aires, Junio de 1836. Virey, Gobernador y Capitan General de Portugal, por el Rey D. Felipe III, Nuestro Señor.
Palabra del Dia
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