Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 4 de junio de 2025
Se proponía solicitar para él, más adelante, aquel marquesado rancio y glorioso de San Dionisio que estaba sin sucesión desde la muerte de su famoso tío Torreroel. Don Pablo, al dejar el teléfono, saludó a Fermín, impidiéndole con un ademán que abandonase su asiento.
De un puntapié apartó Piola las maderas mal unidas que cerraban la entrada del rancho. La presencia del cordillerano hizo que Manos Duras abandonase su lucha con Celinda.
Ocultándose de Salvatti, que al verse en decadencia era terriblemente avaro, Leonora envió a su padre algunos centenares de francos desde Londres y desde Nápoles. El doctor devolvió los cheques a su procedencia sin añadir una palabra, a pesar de hallarse en la miseria. Entonces Leonora envió todos los meses algún dinero a la vieja bailarina, encargándola que no abandonase a su padre.
La comprendía y la excusaba. ¡Un mozo tan guapo como su Jaime!... Pero la mozuela alborotó con sus trajes y ademanes las tranquilas costumbres de la ciudad; las buenas familias se indignaron, y doña Purificación trató con ella, valiéndose de intermediarios, para darle dinero y que abandonase la isla. En otras vacaciones el escándalo fue mayor.
Están los castaños tan apretados, que no se ve.... Ya andan allá los leñadores.... Pero sin mí, no se desenvuelven.... Encogióse de hombros el señorito, calculando que acaso Primitivo se proponía ocultar en el soto la vergüenza de su derrota. No obstante, como creía conocerle, hacíasele duro que abandonase la partida sin desquite.
El desconocido le ayudó á levantar la pira donde quemaron el cadaver del hombre, cavó la fosa en que enterraron á su madre y despues de darle algunas monedas le mandó abandonase el lugar. Era la primera vez que veía á aquel hombre: alto, los ojos rojos, los labios pálidos, la nariz afilada...
La hizo trasladar a una habitación aislada: él pagaría todos los gastos. Y pasó las tardes al lado de la enferma, escuchando sus consejos, alentándole en sus esperanzas. La pobre le suplicaba que cuando llegase a las alturas no abandonase al señor José y a su hijo. Aquel hombre era bueno para ella y la había ayudado valerosamente en los momentos peores de su pobreza.
Llamado á la cabecera del moribundo y como éste le rogara con el ardor de una profunda angustia paternal que uo abandonase á su hijo, Roussel, sin grandes frases ni actitudes dramáticas adquirió el compromiso de velar sobre el huérfano, al que apenas conocía.
Pero no había que pensar en esto. Ya purificaría su alma cuando estuviese en tierra. Por el momento, su abyección resultaba irremediable, y cada vez iría en aumento mientras no abandonase este ambiente. Era esclavo del «gran tentador» de que hablaba Isidro. Sólo le faltaba arrastrarse como los impuros de las leyendas convertidos en bestias.
Levantábase Melchor al amanecer, y después de arropar cuidadosamente a la señora, rogándola que no abandonase la cama antes de las nueve, bajaba a la tienda para vigilar a los dependientes en las primeras ocupaciones del día.
Palabra del Dia
Otros Mirando