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Actualizado: 28 de junio de 2025


Benítez y Frígilis veían en esto síntomas tristes. «Aquella voluntad se moría, pensaba Crespo; en otro tiempo Ana hubiera preferido pedir limosna.... Ahora cede... por no luchar». Y se le caían las lágrimas. «Si yo fuera rico... pero es uno tan pobre...». «Y, añadía, por supuesto, cobrar esos cuatro cuartos no es vergonzoso... a ella se lo parece... pero no lo es.... Ese dinero es suyo».

¡Absurdo! ¡absurdo! gritaba don Víctor jamás se hizo cosa por el estilo en los gloriosos siglos de estos insignes poetas. Afortunadamente añadía calmándose yo no me veré nunca en el doloroso trance de escogitar medios para vengar tales agravios; pero juro a Dios que llegado el caso, mis atrocidades serían dignas de ser puestas en décimas calderonianas.

Tenía las llaves de la farmacia, de los depósitos de ropas, de leña gruesa, de sarmientos; los bonos de pan firmados por el alcalde iban escritos de mano de ella; si añadía de lo suyo a la liberalidad comunal, nadie se enteraba, y los pobres recibían el beneficio sin saber nunca la mano que se lo daba.

Y dando golpecitos á la caja, Aquí tengo yo, como en las cajas de los médicos, añadía en voz alta en mal tagalo, la vida y la muerte, el veneno y la medicina, y con este puñado puedo sumir en lágrimas ¡á todos los habitantes de Filipinas! Todos le miraban con terror y comprendían que tenía razon.

¿Y quién se casa con una literata? decía Vegallana sin mala intención . A no me gustaría que mi mujer tuviese más talento que yo. La marquesa se encogía de hombros. Creía firmemente que su marido era un idiota. «¡A qué llamarán talento los maridospensaba satisfecha de lo pasado. Yo no quiero que mi mujer se ponga los pantalones añadía el afeminado baroncito.

46 Y perseverando unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y con sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y teniendo gracia con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la Iglesia los que habían de ser salvos.

»Era limpia, no se podía negar, limpia como el armiño; esto al fin era un mérito... y una pulla para muchas damas vetustenses». Pero añadía Obdulia: «Fuera de la limpieza y del orden, nada que revele a la mujer elegante. La piel de tigre, ¿tiene un cachet? Ps... qué yo. Me parece un capricho caro y extravagante, poco femenino al cabo. ¡La cama es un horror!

Añadía que si todos los españoles no gustaban de entrar por este camino, los rebeldes debían ser convencidos a palos, para lo cual convenía que los libres se armaran formando una milicia organizada, ni más ni menos que como la famosísima de Julio del 22, émula de los espartanos en el famoso Arco de Boteros.

Yo deseo que gane mucho, muchísimo añadía con una generosidad de buena amiga . ¡La pobre lo necesita tanto! ¡Van tan mal sus asuntos!

No es un santo añadía pero no se puede creer nada de lo que se dice de doña Obdulia y él, ni lo de él y Visitación; y en cuanto a sus relaciones con los Páez, yo que soy amigo de corazón de don Manuel, y conozco a su hija desde que era así media vara protesto contra todas esas calumniosas especies. ¿Qué especies? preguntó el Marquesito, que para eso estaba allí. ¿No lo sabes?

Palabra del Dia

rigoleto

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