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Vuelvo la vista á la ciudad, magestuosamente asentada en medio de la campiña, y cuyos edificios claramente distingo; y no veo ya descollar en ella las modestas torres de las parroquias nuevamente erigidas.

5.º Que se cierren todas las sinagogas erigidas ó reparadas modernamente: que en donde no hubiere mas que una, esa permanezca con tal que no sea suntuosa, i si hubiere dos ó mas de dos, déjese abierta tan solo la mas pequeña; pero si se averiguare que alguna de las dichas sinagogas fué iglesia en tiempos antiguos, ciérrese al punto.

Segun el edicto del tirano debieron derribarse todas las iglesias edificadas en tiempo de los árabes, y en las basílicas de la ciudad erigidas mas de trescientos años atrás, demolerse todas las adiciones modernas ; pero Dios no consintió que esto se cumpliese á la letra.

Es de suponer, pues, que siendo en aquellos siglos homogénea la arquitectura cristiana en el Occidente, las basílicas de Córdoba anteriores á la irrupcion sarracena y las erigidas luego por los mozárabes, presentasen todas con cortísimas diferencias la disposicion interior que acabamos de describir.

En muchos parajes, el agua caliente que corre á unirse con el arroyo, se extiende primero en un gran lago que ella misma ha formado molécula tras molécula; al lado se encuentran otras lagunas secas, y á uno y otro lado las fisuras abiertas en la piedra están bordadas por hermosas concreciones parecidas á los adornos de mármol que vemos ornamentando las fachadas de nuestros edificios. ¡Pero cuán insignificantes son esos depósitos silíceos ó calcáreos comparados con las enormes construcciones erigidas en diversos países del mundo por esos ríos termales, como por ejemplo los de Holly-Springs, en los Estados Unidos!

: á medida que nos acercamos se va destacando la mole del edificio.... No parece sino que Dios nos ha encaminado á este sitio para que nos arrepintamos de nuestras culpas y aprendamos que El es la única verdad, la única vida y el camino único, fuente de todas las cosas, consuelo de todas las aflicciones, asilo de todos los extraviados.... ¡Ay! vamos pronto, que ya tengo deseo de entrar allí: ¿no oyes repicar de las campanas? ¿no ves cómo el perfila con rayos de oro las mil estatuas erigidas en los pináculos y agujas que rematan el grandioso monumento por una y otra parte?

En medio de esos caprichosos y formidables peñascos, al viajero se le antoja aquello un mundo extraño, en nada semejante al planeta que conocemos, á la superficie lisa ó regularmente sinuosa. Alzanse aquí y allá rocas semejantes á fantásticos monumentos, que figuran torres, obeliscos, pórticos almenados, fustes de columnas, tumbas erigidas ó derribadas.

Debemos en la actualidad contentarnos con lo que buenamente puede deducirse de los escritos de los coetáneos: de ellos se deduce la casi seguridad de que algunas de las parroquias hoy existentes conservan los muros, la disposicion interior y tal vez las mismas columnatas de las basílicas erigidas durante la irrupcion sarracena.

Prohijada por el feudalismo, aceptada por la Iglesia, admitida por la potestad real cuando acababa apenas de salir de los modestos focos de la plebe emancipada, sirvió admirablemente á los intereses y designios de cada una de estas clases en su desarrollo sucesivo: dió á los altivos señores feudales y á los reyes castillos y palacios, espaciosos por dentro para contener un numeroso séquito, sombríos y de dificil acceso por de fuera para imponer respeto y resistir los asedios; dió á las nacientes corporaciones municipales y á la clase popular, casi toda á la sazon de traficantes y mercaderes, casas de ayuntamiento, mercados, lonjas, bolsas, tribunales, y fuertes murallas para defender sus conquistados derechos; dió á la Iglesia un brillante simbolismo, templos desahogados y capaces, mas acomodados al grande incremento de las poblaciones que las pequeñas y sombrías iglesias erigidas en los siglos XI y XII segun las inflexibles reglas del arte monástico.

Tambien tenian grandes cortinas las puertas de la basílica. Aunque las paredes de las naves solian estar desnudas de todo ornato artístico, sin embargo no es probable que esta desnudez fuese regla invariable en todas las iglesias de la España goda, erigidas por un pueblo tan sensible al halago de lo bello.