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Debajo de la capa protectora de las nieves, la temperatura del suelo no ha bajado tanto como en la superficie exterior, barrida por los vientos fríos, y durante los largos meses de invierno, depósitos diminutos de aguas, que semejan gotitas en un vaso diamantino, existen bajo los hielos.

La ribera izquierda del Guaporé, cerca del Fuerte de Beira, se compone de terrenos bajos inundados en tiempo de crecientes, ó de retazos de terreno guaraniano con sus pepitas de hidrato de hierro: la ribera derecha, por el contrario, se va levantando en colinas hácia la serranía formada por uno de los ramales del Diamantino, la cual serranía, dirigiéndose en paralelo con la corriente del rio Iténes hácia el oestenorueste y estesudeste, continúa hasta un punto bastante apartado en medio de las selvas, donde viene á determinar las cachuelas y las cascadas del rio de Madeiras.

A poco mas de las dos de la tarde se presenta la confluencia del rio Itonama, bajo cuyo nombre continua corriendo el Machupo hasta reunirse con Guaporé ó Iténes. Entónces se descubre hácia el norte, por encima de los árboles, la prolongacion occidental de la Sierra del Diamantino.

En unos lugares percibían sus pies la frescura de la humedad; en otros aplastaban como arena crujiente el polvo diamantino de la hulla. De pronto, percibían en sus cabezas un torbellino glacial, inesperado, que cosquilleaba las narices con la picazón del estornudo y parecía querer arrebatarles las gorras.

Tal puñado de perlas en tu mano a tu patria sin ¡triste! brindaste, y después al monarca lusitano; y en cambio de tu oferta ¿qué encontraste? desprecio a tu saber, bajo y mezquino. Tu corazón tan sólo, tu corazón de temple diamantino que del genio la voz potente escucha, supo salir triunfante de la lucha.

Caminando diez leguas, se llega al rio llamado San Pedro, y en medio de este camino, á las cinco leguas, está otro rio y cerro, llamado Diamantino, que tiene metales de plata y muchos diamantes. Aquí habitan los indios llamados Diamantinos, que son en corto número.

Geologia. La provincia de Moxos no presenta pues, por lo visto, otro aspecto geográfico que el de una llanura, circunscripta hácia el sud, por las montañas de los Andes y las colinas de Chiquitos, hácia el norte, por los montes brasileros del Diamantino y del Iténes.

Y cuando la noche ya avanza de estrellas al vago tremer, al fin de la oscura avenida un lánguido rayo se ve, fulgor diamantino que anuncia de fúnebre velo al través, que emerge de nube fantástica la Luna, la blanca Astarté. Y yo dije a mi alma: «Más que Diana ardiente, aquella misteriosa Luna rueda al través de un éter de suspiros; lágrimas de su faz una por una caen donde el gusano nunca muere.

Una nubecilla brumosa pegada al suelo marcaba el sitio de un estanque terso como un espejo negro. En los sitios sombríos la escarcha, no derretida todavía, brillaba como polvo diamantino sobre el musgo aterciopelado. Las hojas caídas, secas y abarquilladas, se arremolinaban al menor soplo del viento en torno de los hoyos y socavas.

En el soberbio trono diamantino que con sangrientas plantas huella Marte, frenético, el Manchego su estandarte tremola con esfuerzo peregrino. Cuelga las armas y el acero fino con que destroza, asuela, raja y parte: ¡nuevas proezas!, pero inventa el arte un nuevo estilo al nuevo paladino.