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Y al ver con la mirada vidriosa de la agonía los lentes del doctor, sus ojos irónicos bajo unas cejas mefistofélicas y la barba en punta llena de canas precoces, los infelices sentíanse animados por repentina confianza; no percibían la llegada de la muerte, esperando hasta el último momento el milagro que había de salvarles.

El ruido había disminuido bastante; gracias a esto se percibían los acordes de la charanga de hospicianos, que hasta entonces no había logrado hacerse escuchar. Los espectadores sacaban los relojes y dirigían miradas significativas a la presidencia.

Un can, asentado tan calladamente como si entendiese la alta ocasión en que se encontraba, avizoraba las celosías de una reja, y el sosiego era tanto, que se percibían desprenderse las hojas de los árboles, que derramándose de rama en rama se arrastraban someramente por el suelo al blando céfiro del otoño.

Viendo aquellos dos hombres venir hacia ella, Jenny dejó escapar un sordo gemido. Le pareció que su corazón dejaba de latir y que sus pupilas iban á apagarse. No veía y sus oídos no percibían más que ruidos vagos... Confusamente oyó la voz de Tragomer, que decía: Miss Maud, permítame usted que le presente á mi amigo sir Herbert Carlston...

El universo está lleno de tales seres. ¿Por qué eran tan groseros sus sentidos que no los percibían? ¿No podría él evocarlos, formar pacto y alianza con ellos y adquirir virtudes, poder y fuerzas superiores a cuanto posee la generalidad de los mortales de su misma especie?

El conde se puso á mirar con indiferencia los árboles y las montañas que se percibían al través de los cristales. Octavio se obstinaba en sacudir con el junquillo los pantalones, haciendo saltar nubecillas de polvo, apenas perceptibles. La condesa se entretenía en jugar con los rizos de su niña, y la institutriz hacía bolitas de pan con los dedos, mirando fijamente al frasco de mostaza.

Pero luego observó que el militar, despues de comunicar con dos ó tres grupos más, se dirigió á un coche y pareció hablar animadamente con una persona en el interior. Camaroncocido dió algunos pasos y sin sorprenderse creyó reconocer al joyero Simoun, mientras sus finos oidos percibían este corto diálogo: ¡La señal es un disparo! , señor.

Los teatros de la Cruz y del Príncipe eran, como antes, propiedad de las hermandades de Nuestra Señora de la Soledad y de la Pasión, que los cedían á las compañías de cómicos y percibían de los concurrentes cierta suma, como dueños de los teatros . Los productos se repartían entre los diversos hospitales de la capital.

Muy pronto la negra línea de casas, las aguas y el asta de bandera se perdieron en lontananza detrás de él, como si la tierra las hubiese tragado. El tiempo había amainado. El aire era penetrante y frío, las siluetas de los cercanos mojones se percibían ya; eran las cinco y media cuando Federico alcanzó la iglesia de la Encrucijada en el camino del Estado.

Detrás se percibían esfumadas en la sombra las siluetas de quince ó veinte monteras que cobijaban las cabezas de otros tantos jóvenes de los altos de Villoria. Su llegada produjo cierta sensación en los grupos cercanos, pero muy particularmente en nuestras zagalas, que hicieron un movimiento de sorpresa.