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Y cuando pinta a Rufino Cuervo, el sapientísimo autor de las Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano, «trabajando con tranquilidad, sin interrumpirse sino para despachar un cajón de cerveza...», porque Cuervo no es ni más ni menos que cervecero. «Yo mismo he embotellado y tapado, me decía Rufino» agrega el señor Cané...

Columpiábame en mi mullido sillón, de estos que dan vuelta sobre su eje, los cuales son especialmente de mi gusto por asemejarse en cierto modo a muchas gentes que conozco, y me hallaba en la mayor perplejidad sin saber cuál de mis numerosas apuntaciones elegiría para un artículo que me correspondía ingerir aquel día en la Revista.

Algunas mañanas tomaba el tranvía á primera hora para ir á Mónaco y continuar sus estudios en el Museo. En cuanto á Spadoni, nunca se levantaba antes de mediodía, y muchas veces el coronel golpeaba su puerta para que no llegase con retraso á la mesa del almuerzo. Sólo se duerme al amanecer dijo Atilio . Pasa la noche consultando sus apuntaciones sobre la marcha del juego.

En la familia inglesa hay algo que yo no quisiera ver; como por ejemplo las leyes que hacen un tanto dura la condicion de la mujer, pero á pesar de todo, no puedo ménos de admirarla. Sentadas estas breves apuntaciones que he creido necesario consignar, ántes de conducir al lector á Inglaterra, vamos á ponernos en marcha. Salí de Paris á las ocho de la noche en tren directo.

Y concluyo por hoy confesándote que ha más de tres meses que tengo, como la primera entre mis apuntaciones, el título de este artículo, que llamé Vuelva usted mañana; que todas las noches y muchas tardes he querido, durante todo este tiempo, escribir algo en él, y todas las noches apagaba mi luz, diciéndome a mismo con la más pueril credulidad en mis propias resoluciones: ¡Eh! ¡mañana le escribiré!

Pero le pediría al comisario del buque un cuadernillo en blanco de apuntaciones o un simple pedazo de papel. Lo que le interesaba era el recuerdo. Y al mismo tiempo daba a entender ingenuamente con sus ojos que se había aproximado a él por entablar conversación más que por el interés que pudieran inspirarle los versos. Continuó Fernando sus excusas. Nunca la había mirado con indiferencia.

Según resulta de las apuntaciones del archivo de S. Pedro, y de Escrituras públicas y demás documentos justificativos que en su citado libro trae el Sr.