Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 15 de julio de 2025


17 Y el rey amó a Ester sobre todas las mujeres, y halló gracia y misericordia delante de él más que todas las vírgenes; y puso la corona del reino en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti.

Da tristeza el pensar que un día se atentará contra la divina ignorancia. Querría uno colocar para siempre a la joven inocente en un altar, como esas celestiales vírgenes de los Primitivos cuyo colorido deslumbrador y cuya cándida gracia llegan intactos hasta nosotros desde el fondo de los siglos cristianos.

Contó callandito el aficionado a vírgenes las que alcanzaba a ver, y preguntole en seguida al artista cuánto valía el cuadro conforme al contrato. Respondiole aquel, que claro estaba: que once mil ducados. ¿Cómo puede ser eso? le repuso el que había de pagar, si aquí no cuento yo arriba de cien cabezas.

Estas vírgenes incomparables no fueron formadas de barro como las criaturas mortales, sino del mas puro almizcle, y estan exentas de todas las imperfecciones propias de su sexo: su modestia es sin igual, y en palanquines de una sola perla se recatan de las miradas profanas.

No hizo, no podía hacer Cristos feos de puro demacrados, Vírgenes sin gracia en fuerza de querer representar pureza, mártires chorreando sangre, anacoretas cadavéricos, rostros consumidos ni miembros donde estuviera maltratada y desconocida esa dignidad de la forma, que es también una alabanza para el Hacedor: debía de amar antes al Dios que crea, conserva y embellece, que al que destruye, aniquila y afea; era creyente y no fanático.

Purita Menguado se deleitaba oyendo todo aquello que tenía todavía en cierto modo para ella el encanto de lo desconocido; y digo en cierto modo, porque era una de esas niñas vírgenes que nada ignoran teóricamente, esforzándose en discurrir cuál será en la práctica la aplicación de sus conocimientos poco castos.

Servía de médico a los hombres, de comadrona a las mujeres y de castañeadora a las mocitas que iban a casarse. No había virginidad gitana que no pasase por sus manos antes del matrimonio, para que certificara su integridad. Los payos del barrio la llamaban con sorna «la madre de las vírgenes».

Su reputación de santo y de benigno atrae a su confesionario, no ya a los niños y a las vírgenes, sino a la turba multa de desaforadas y lascivas pecadoras. La limpieza de su cándido optimismo se mancha con el negro cieno del mundo. Y resignado y triste, aunque lleno siempre de dulce confianza en Dios, muere al fin «Quitolis», muere también su viejecita madre y termina así la novela.

Había llamado el tal a un pintor, y mandándole hacer un cuadro de las Once mil vírgenes, y el contrato había sido darle un ducado por virgen, que por cierto no fue caro.

Esta nave, dividida por lo comun en su altura en dos cuerpos, formaba una especie de galería alta ó tribuna, que se reservaba para las viudas y las vírgenes particularmente consagradas á la oracion.

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando