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Actualizado: 9 de junio de 2025
Renanció a las costumbres violentas de campaña, á los largos galopes, al automóvil sucio y hasta á las palabrotas aprendidas en sus años de existencia varonil. Fué en adelante la «señora generala» y quiso rivalizar con Martínez en esplendores de lujo. Las gentes de la ciudad casi se sintieron cegadas por el resplandor de las joyas que en ciertos días la cubrieron desde la garganta al vientre.
El se creía un marino, é imitaba á los hombres de mar, que, acostumbrados á medirse con los elementos, consideran poca cosa reñir con un hombre. Con violentas alternativas de estudio y de holganza se aproximaba trabajosamente al término de su carrera, cuando una angina de pecho acabó de pronto con el notario.
Educolo el prestidigitador De-Hinchú, pasando los siete primeros años de su vida saliendo de cestos, cayéndose de sombreros, subiendo por escalas y dislocando sus tiernos miembros a fuerza de colocarse en violentas actitudes.
Me gusta mucho más leer al glorioso cisne del Avon que oir sus obras en el teatro, pues las acotaciones del texto suelen tener un interés crítico y poético extraordinario. Gústanme también mucho más sus comedias, tan graciosas, tan espirituales, que sus dramas, tan rudos y tan sombríos, con pasiones tan violentas y protervas que parece no cupieran en el frágil vaso de la naturaleza humana.
Todos los sentimientos, desde los más exageradamente nobles y más tiernos, hasta las pasiones más violentas y el odio más implacable, supo pintarlo con los rasgos más persuasivos; todos los caracteres y todos los tipos humanos con la verdad más deslumbradora, trazando de este modo la personificación completa de las manifestaciones más notables de la vida.
»A causa de las escenas violentas a que se entregaba, me compadecían nuestros vecinos. Admiraban mi resignación, que no se debía, seguramente, a la indiferencia. Era demasiado desgraciada para ocuparme de ciertas pequeñeces. »La tristeza de Teobaldo aumentaba de día en día.
Pero el duque, que vió perfectamente el ademán, no quiso hacerse cargo de él: siguió gruñendo, resoplando, dejando escapar interjecciones violentas y paseando furiosamente por la estancia. Hasta que se presentó Llera y con él un grupo de sujetos encogidos, mal trajeados, de fisonomía vulgar.
Quería ser como de niño; que su madre se encargase de todo, él se dejaría llevar sin resistencia ni movimiento por la corriente de su destino. Pero esta resignación se rasgaba a veces con arranques de protesta, con palpitaciones violentas de pasión. Comenzaban a florecer los naranjos. La primavera hacía densa la atmósfera.
Confieso que el accidente, léjos de contrariarnos, nos causó vivo placer, ya porque nos ofreció la ocasion de ver una de esas violentas é interesantes transiciones meteorológicas de Suiza, ya porque nos presentó un espectáculo de imponderable hermosura, que jamas habíamos contemplado en condiciones análogas y que solo se puede hallar en valles estrechos formados por altas montañas y con lagos en el fondo.
Pecho contra pecho, sus cabellos ruedan como una onda sobre el cuello de Juan, y su respiración tibia le acaricia el rostro. ¡Adelante, adelante, cada vez más lejos, aunque las fuerzas le falten, hasta el fin del mundo!... Siente palpitaciones violentas, un velo rojizo se extiende delante de sus ojos, le parece que va a caerse y a entregar el alma. ¡No importa!... ¡más lejos, más lejos siempre!
Palabra del Dia
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