Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de junio de 2025
Las fotografías representaban siempre los mismos personajes: las heroínas de Wagner. Leonora, adoradora rabiosa del genio alemán, hablando de él con intima confianza, como si le hubiera conocido, no quería cantar otras óperas que las suyas, y con el afán de abarcar la obra del maestro, no vacilaba en comprometer su prestigio de artista fuerte y vigorosa, interpretando los personajes delicados.
Sus sueños de niña encerraban ya los gérmenes de ese criminal deseo; se desarrollaron bruscamente en esa famosa roca en que te sentaste con ella en el bosque, y dieron una planta vigorosa cuya flor se abrió precisamente en el momento en que Olga penetró en tu cuarto para unirte a Marta. ¿Por qué hizo eso si quería tomar el lugar de Marta? ¡Eh! ¿Acaso sabía lo que quería?
Me imaginaba oir la palabra vigorosa y ardiente de alguno de aquellos grandes oradores que ilustraron al pueblo heleno... Porque la elocuencia de mi queridísimo amigo el señor Peña, tiene mucho de la arrebatada pasión que caracterizaba a Démostenes, el príncipe de los oradores y bastante también de la fluidez y elegancia que brillaba en los discursos de Pericles.
Por espacio de un mes ejerció con verdadera abnegación las funciones de enfermero, pasando bastantes noches en claro, a la cabecera de su lecho. Estas fatigas, lejos de alterar su salud, devolvieron a su rostro su frescura y lozanía habituales. Cuanta mayor asiduidad desplegaba en el cuidado de su enfermo, más lozana y vigorosa tornábase su nariz.
La voz del seminarista, entonando sin cesar sus groseras anacreónticas, resonaba formidablemente entre las peñas. Andrés callaba ya como un mudo. Se hallaba sobrecogido de respeto y emoción ante aquella vigorosa naturaleza, que no había visto más que en los paisajes al óleo o a la aguada. ¿Estamos muy lejos de Riofrío, amigo? No, señor; ya hemos entrado en el concejo de las Brañas.
Volvieron a surgir los chorros de humo sobre la carne chamuscada, sonaron los tiros, y el toro corrió otra vez, pugnando por aproximar la boca al pescuezo enroscando su cuerpo macizo; pero ahora los movimientos eran de menos violencia, como si su vigorosa animalidad comenzara a habituarse al martirio.
Al principio, el brazo se negó á reflejar el impulso de su voluntad; pero finalmente consiguió despegarlo del suelo con un gran esfuerzo. Iba á continuar este movimiento, cuando notó que una fuerza exterior, violenta é irresistible, tiraba de su brazo hasta colocarlo horizontalmente, y lo mantenía de este modo en vigorosa tensión.
Desde esta época comienza una nueva serie de dramas, llenos de vigorosa poesía, para celebrar el naciente brillo de la monarquía universal española. Sólo existe la primera parte, que sin formar un todo perfecto, nos ofrece, sin embargo, una serie de cuadros bellísimos de la historia de España.
Su cuerpo se revolvía contra toda caricia que saliese de los límites del rostro, y esta repulsión vigorosa era tan brusca, que él se sintió empujado, vacilante sobre sus pies, teniendo que esforzarse para no caer. Luego, como arrepentida de su defensa, le echaba los brazos al cuello y volvió a su gesto de sumisión, descansando la cabeza en su hombro, gimiendo con un abandono de niña enferma.
En su glorioso reinado tomó su país ese vuelo, que hasta el siglo XVII hizo de la monarquía española una de las más poderosas y brillantes de Europa; y como los sucesos políticos importantes tienen tanta influencia en el desarrollo de la cultura y del ingenio nacional, no es extraño que los españoles sintiesen nueva y más vigorosa vida, y se pusiesen al nivel de los notables sucesos de esta época.
Palabra del Dia
Otros Mirando