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Mil reminiscencias vagas surgían en su memoria como lejanos ecos de música oida durante la noche, como aires de una cancion de la infancia, murmullo de bosques solitarios, riachuelos sombríos, noches de luna á los bordes del mar que se estendía inmenso delante de sus ojos... Y el enamorado joven que se consideraba muy desgraciado, se puso á mirar al techo para que las lágrimas no cayesen de sus ojos.

Hasta creyó adivinar en uno de los periódicos vagas alusiones á los informes de cierto ingeniero protegido de Fontenoy. Cuando volvió á encontrar á Federico en su biblioteca, todavía le vió más viejo y más desalentado que en la noche anterior. Sobre una mesa estaban los mismos diarios que había leído él.

Las mismas luchas entre las ideas y las cosas, entre las teorías y los hechos fatales, nacidos del estado social; las mismas aspiraciones vagas del núcleo inteligente, estrellándose contra la atonía de la masa, como entre nosotros, contra el empuje semibárbaro del caudillaje.

El Faro de Sarrió fué para nuestro amartelado joven un medio admirable de dar forma a las vagas fantasías, inquietudes, ardores y tristezas que a la continua lo agitaban, y declararse sucesivamente con acrósticos misteriosos e iniciales a todas las beldades más o menos macizas que ostentaban sus amables curvas por las calles de la floreciente villa.

Casi tendido en el automóvil contempló el desfile de calles y paseos, que volvían ahora a su memoria como vagas imágenes de viajes anteriores, pero con grandes reformas. Corrió la Avenida, poco concurrida a aquella hora matinal.

Porque, si el autor de los versos era un joven y hermoso príncipe oriental o algo por el estilo, era muy cruel para el príncipe y para ella no llevar adelante tan poética y misteriosa aventura y destruir las vagas esperanzas de ambos, como quien arranca de bien cultivado terreno una planta lozana a punto ya de cubrirse de flores.

De este noviazgo imprevisto se habló bastantes días en la villa. Apenas entró nuestro señorito en amores francos con la hija de D. Marcelino, principió á desbordarse de su fantasía el torrente de emociones vagas y refinadas, sentimientos alambicados y caprichos extravagantes que allí habían ido formando depósito.

Tenía usted razón y le juzgaba con más acierto que yo... Yo me dejé enredar por sus palabras halagüeñas, por su ternura superficial y por sus vanas y vagas protestas... Me había gustado... ¿Cómo lo encuentra usted? Muy agradable. Su persona, sus gustos, su ingenio, su posición... su fortuna, hermosa sin ser colosal, sus relaciones, todo él me agradaba... y tuve la debilidad de escribirle...

Al principio las indicaciones que recibió eran vagas y contradictorias; pero al fin supo que Carlos había comprado un caballo y había partido a escape en dirección de Villaba. La circunstancia de estar el pobre Navarro en posesión de su dinero fue causa de esta fuga, porque si no tuviera oro no habría encontrado caballo, y a pie no hubiera podido alejarse mucho.

Todo su estudio consistia en reducir las cosas, qualesquiera que sean, á lugares comunes, á sugetos y predicados generales, que puedan convenirles, y de este modo habla un Lulista eternamente, y sin hallar fin; pero con una frialdad, y con razones tan vagas, que apenas llegan á la superficie, y á lo mas comun de las cosas.