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Actualizado: 5 de julio de 2025


Si una de sus miradas cae sobre o se encuentra con las mías, siento, como antes, que mi corazón palpita más de prisa, que mis ojos se turban, que la sangre llena mi pecho y afluye a mis mejillas, que mis nervios se exaltan por no qué confusión vaga y dulce de vergüenza y de placer, de inquietud y de ternura.

Es en sus versos donde la criatura que entreabre su alma a las primeras emociones de la vida, encuentra la fórmula que expresa la vaguedad de sus aspiraciones. En ellos vibra la nota melancólica y profunda de esas dulces noches de la tierra caliente que exaltan la imaginación, turban el alma y adormecen los dolores humanos.

Las obras del hombre me conmueven; las de Dios me imponen, me turban, me confunden. He subido con vosotros á los montes que levantan sus cúspides mas allá de las nubes; no he podido menos de doblar la rodilla sobre aquellas altas cumbres.

Pues yo, con tu permiso también, querido Gustavo manifestó Tristán adoptando el mismo tono jocoso , no pienso que la vida sea una comedia interesante. Me parece que es o una tragedia espeluznante o un sainete no siempre gracioso. En el primer caso debemos retirarnos temprano del teatro. Las emociones fuertes turban la digestión.

Afortunadamente, la montaña es siempre el retiro más benigno para quien huye de los caminos abiertos por la moda. Durante mucho tiempo podremos apartarnos del mundo frívolo y reconcentrarnos en la verdad de nuestro pensamiento, alejados de esa corriente de opiniones vulgares y ficticias que turban y descaminan hasta á los espíritus más sinceros.

¡Oh! , seguramente, dijo uno de los que le escuchaban; quisiéramos que fuese de carne y hueso. ¡Carne y hueso!... ¡Miseria, podredumbre!... exclamó el capitán. Yo he sentido en una orgía arder mis labios y mi cabeza; yo he sentido este fuego que corre por las venas hirviente como la lava de un volcán, cuyos vapores caliginosos turban y trastornan el cerebro y hacen ver visiones extrañas.

»Dios, en su infinita misericordia, habrá de perdonármelo. No acierto a que así no sea. Ahora que me dirijo a ti, acuden a mi mente, la turban y la llenan de amargo deleite aquellos momentos de embriaguez amorosa y de completo abandono en que toda yo fui para ti y creí que eras todo mío.

Los pájaros acuden a bandadas, guiados por infalible instinto. Turban las grullas el silencio de la noche con sus agudos gritos, cuando vienen avanzando en falange simétrica y bien ordenada. Las golondrinas y mil aves cantoras, al volver de su larga emigración, saludan con blando pío, o con chirrido alegre, o con trinos variados, sus antiguas conocidas viviendas.

El anhelo del aplauso y las ventajas materiales que consigo arrastra por una parte, y por otra el temor a las censuras de los críticos, le turban, le excitan, le impiden, en suma, escribir con aquella serenidad sin la cual se hace imposible la producción de una obra de arte duradera.

Morandro, al que es buen soldado Agueros no le dan pena, Que pone la suerte buena En el animo esforzado; Y esas vanas apariencias Nunca le turban el tino, Su brazo es su estrella y signo, Su valor sus influencias; Pero si quieres creer En este notorio engaño, Aun quedan, si no me engaño, Experiencias mas que hacer, Que Marquino las hará, Las mejores de su ciencia, Y el fin de nuestra dolencia Ser bueno, ó malo sabrá.

Palabra del Dia

buque

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