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Una ocasión, viéndonos a gran distancia de los señores, nos sentamos al pie de un árbol, uno de los más hermosos de la ribera, cerca del cual se precipita el río a través de tupidos carrizales.

El 2 de febrero el vapor Bogotá recogió su ancla, lanzó su silbido matinal, semejante al grito del salvaje, y sacudiendo con sus alas de hierro las turbias ondas del Magdalena, se deslizó rápidamente por entre los verdes y tupidos pabellones de las selvas, dejando marcada su brillante estela en las flotantes espumas que iluminaba el sol de la mañana.

Unas veces la diligencia rueda suavemente por entre tupidos bosques, basílicas perfumadas de verde y blando tapiz y elegantísima techumbre, donde la mirada se siente como aprisionada entre artesonados de verdura aérea coronando interminables columnatas de color gris ó rojizo, como parecen los mástiles de los abetos y pinos; otras se desciende al fondo de un estrecho vallecito lleno de aromas y rumores salvajes, ó salpicado de chalets y sementeras, ó colmenas de abejas domesticadas, que le dan el aspecto de un huerto caprichoso y variado; otras, en fin, al trepar á una eminencia, sobre alguna de las mas altas montañas, ó al pasar por delante de una abra de los grupos ó cordones que las forman, se registra un vasto horizonte que abarca toda la Suiza central, y se ve á lo léjos, al S.S.-E., el grandioso anfiteatro de montañas graníticas y nevadas de los Alpes berneses.

Las excelentes carreteras que faldean las montañas, por en medio de tupidos bosques, algunas de las cuales son obras de arte dignas de atencion, hacen honor al pueblo y gobierno badenses, que muestran tan particular interes por las vias de comunicacion.

No sueltes, por Dios, tales ideas delante de esos señores de la Pola que capitanea tu sobrino Antero, porque no concluirán de reirse de ti. ¿Qué valen nuestros tupidos castañares, ni tus rebaños lucidos, ni este aire puro de la montaña, ni esta luz radiosa que el cielo nos envía delante de esas altas chimeneas que tiñen de negro sin cesar la tierra y el firmamento?... Los tertulios sonrieron.

Impulsado por la curiosidad, hizo Robledo involuntariamente un leve gesto de aceptación y ella reanudó su marcha. Pero sólo dió algunos pasos, deteniéndose ante la cancela de un bar de aspecto sórdido, con tupidos visillos en los cristales. Guiñó un ojo, y abriendo la mampara desapareció en el interior del sucio establecimiento. Quedó indeciso el español.

Por todas partes lo circundan cerros de mediana altura como aquel en que se hallaban, vestidos de castañares y bosques de robles, tupidos unos, otros dejando ver entre sus frondas la mancha verde, como una esmeralda, de algún prado.

Yo me complacia, hijo del Nuevo Mundo y republicano, en recorrer aquellos bosques tupidos y suntuosos, aquellas alamedas perfumadas, aquellos jardines repletos de fuentes, estatuas y primores.

El duque tenía las oficinas en los altos de su palacio del paseo de Luchana, soberbio edificio levantado en medio de un jardín que, por lo amplio, merecía el nombre de parque. En el verano, los árboles, tupidos de follaje, apenas dejaban ver la blanca crestería de la azotea. En el invierno, las muchas coníferas y arbustos de hoja permanente que allí crecían, le daban todavía aspecto muy grato.

Los tupidos jarales contorneados por senderos tortuosos parecían arriates de rosales centenarios. La tierra era blanca, de una blancura de leche; los árboles formaban bóvedas de negro enrejado, por cuyos espacios libres asomaban los planetas sus ojos parpadeantes.