Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 4 de mayo de 2025


Le agradaron las fábricas de fósforos, altas, enyesadas, limpias, con su gran letrero en la frente; y en Hernani batió palmas al divisar a la izquierda un magnífico parque inglés, con sus macizos de flores resaltando sobre el verde césped, y sus coníferas elegantes, de ramaje simétrico y péndulo.

El verde obscuro de las coniferas, después de algunos días de lluvia, adquiría tonos claros merced a los retoños que apuntaban en la cima de las ramas; en cambio la escarcha los marchitaba instantáneamente.

Echó una mirada en torno y vió el caballo del Duque atado a un árbol. Siguió precipitadamente, pero cuidando de no hacer ruido, por una de las avenidas orladas de coníferas que conducían a la casa. Como conocía todas las entradas, no se dirigió a la puerta cuyo llavín llevaba consigo. Temía que algún criado le sintiese.

Debía pasar por allá a celebrar una Junta como consejero, y de paso ningún trabajo le costaba hacerlo efectivo. Salió a pie como era su costumbre por las mañanas. En las hermosas coníferas que bordaban los caminos del jardín-parque cantaban alegremente los pájaros. Se comprendía que no habían puesto fianza alguna y la habían perdido.

En su lugar se plantaron washingtonias, wellingtonias, araucarias excelsas y otros muchos árboles de casta extranjera, perteneciendo en su mayor parte a la familia de las coníferas. Esto hacía que la posesión, en concepto del vulgo, guardase cierto parecido con un cementerio. Respondía don Rosendo a tal observación, que las coníferas tenían la ventaja de conservar la hoja por el invierno.

En otra zona superpuesta no viven sino las coníferas, es decir los pinos y abetos en increíble variedad de especies, y las malezas ásperas. Mas arriba desaparecen esos pabellones sombríos de las altas montañas, dejando el campo casi exclusivamente á las gramíneas enanas, que se extienden hácia las cimas de las faldas en inmensas y tupidas alfombras.

El duque tenía las oficinas en los altos de su palacio del paseo de Luchana, soberbio edificio levantado en medio de un jardín que, por lo amplio, merecía el nombre de parque. En el verano, los árboles, tupidos de follaje, apenas dejaban ver la blanca crestería de la azotea. En el invierno, las muchas coníferas y arbustos de hoja permanente que allí crecían, le daban todavía aspecto muy grato.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando