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Actualizado: 6 de junio de 2025
Extrañan la relación, que puede haber entre un pastor y una tragedia, y hasta para pastor encuentran su traje inconveniente. A propósito de esto, exponen algunas reglas, que deben observarse en la decoración y en los vestidos de los actores.
Y el gentleman permanecía cabizbajo, mirando fijamente su mano, en cuya palma acababa de desarrollarse la tragedia amorosa de su propia vida. Pasó mucho tiempo ... ¡mucho! Ra-Ra, tendido junto al cadáver y abrazado á él, lloraba y lloraba incesantemente.
Se curó, se volvió a enamorar, volvió la novia a desdeñarlo, se encerró en su cuarto, se cortó el pelo de raíz y en su soledad forzosa empezó a escribir versos. Tenía veintiséis años cuando se representó su tragedia Cleopatra: en siete años compuso catorce tragedias.
Caballero, ¿quantas composiciones dramáticas tienen vms. en Francia? dixo Candido al abate; y este respondió: Cinco o séis mil. Mucho es, dixo Candido; ¿y quantas buenas hay? Quince ó diez y seis, replicó el otro. Mucho es, dixo Martin. Salió Candido muy satisfecho con una cómica que hacia el papel de la reyna Isabel de Inglaterra, en una tragedia muy insulsa que algunas veces se representa.
Y conste que no aludo a las maravillas que presenta a nuestra vista, a la gracia aérea de la Taglioni, al encanto delicioso de las Elssler, ni al poderoso talento de Nourrit, Talma de la tragedia lírica; no hablo de los magníficos acordes de Meyerbeer, orgullo de Alemania, ni de los ingeniosos e inagotables cantos de Auber, el primero de nuestros compositores, si no tuviera la desgracia de ser nuestro compatriota.
Si su mujer era culpable, ¡qué horrible tragedia la que se preparaba! Y si no lo era, él cometía una bajeza sospechando de su honradez. Iba con el mismo recelo que el ladrón que va a asaltar una casa, ocultándose detrás de las paredes de la carretera en cuanto sentía pasos, estremeciéndose si escuchaba una voz, por lejana que fuese.
En tales cuadros la vida resulta amable y digna de ser vivida, por áspera y brava que parezca. Y el mar, inmenso coro de esta humilde tragedia, parece asociarse al esfuerzo de sus domadores, entonando con ritmo pausado y solemne el himno de la paz de la conciencia, que huye del agosto del Berrugo y calienta la puchera del Lebrato.
Como ustedes ven, el excelente hombre deseaba hacerme un verdadero obsequio. Desgraciadamente, algunos días después de su partida, estalló la guerra en Alemania, y no volví a oír hablar más de mi tragedia.
Si me engañé en imprimir estas por disculpar aquellas, causa he tenido bastante, pues en toda España las siguieron y celebraron con grande esceso.» En la biblioteca del duque de Osuna se guardan las comedias de Guillén de Castro: La tragedia por los celos, autógrafa. Al fin se lee: «Acabóla D. Guillén de Castro á 24 de diciembre de 1622 para Antonio de Prada.»
Era el centro de unión de todos los tonos y gradaciones posibles de la poesía; confundíanse en él la tragedia, el drama, la comedia novelesca y la de la clase media, y hasta la farsa más grosera, puesto que todas las clases y estados de la sociedad, desde el más alto al más bajo, figuraban en él, sin que esta circunstancia perjudicara ni debilitara en lo más mínimo á las diversas partes de su conjunto.
Palabra del Dia
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