United States or Republic of the Congo ? Vote for the TOP Country of the Week !


Lo manifestó así a la portadora, y con este motivo entró en una agradable conversación, que degeneró en charla bullanguera. Cuando se despidieron eran lo más amigos, y ella prometió volver al día siguiente a traerle nuevas luces, cosa de que él no dudaba, mirando sus hermosos ojos pardos, dulces y tiernos. Las visitas, para darle datos, se repitieron unos seis u ocho días.

De aquí saldréis libre y favorecido: pero me habéis de hablar con verdad. Os diré cuanto sepa y más que supiere á trueque de que me amparéis, que bien he menester de amparo. Antes de ir por el cofre consabido para traerle, ¿dónde estuvísteis? En el convento, por la carta de la madre Misericordia. ¿Y luego? Fuí á casa del duque de Lerma, pero su excelencia no estaba en casa. ¿De modo, que?...

Un honor para la parroquia de que ella era hija. ¡Ingenua y graciosa Margalida! Febrer gustaba de hablar con ella, gozándose en el asombro que sus relatos de otras tierras y sus bromas, dichas con gesto grave, despertaban en su alma simple... No tardaría en traerle la comida. Hacía media hora que una columna tenue de humo flotaba sobre la chimenea de Can Mallorquí.

Fue un movimiento del que se arrepintió a los pocos instantes, cuando sus palabras ya no tenían remedio. Siga usted su buena suerte, Maltrana. Y como puede traerle perjuicios y disgustos el ser amigo mío, que cada cual eche por distinto lado... y como si no nos conociésemos. Habían pasado sin hablarse la tarde y la noche del día anterior.

Por desgracia, en esta ocasión fue cuando a Mendoza se le ocurrió descubrir enteramente aquel secreto que su amigo le tenía guardado hacía años. Al traerle las pruebas del artículo, se autorizó, sin consultar a nadie, cambiar uno de sus párrafos metiendo otro de cosecha propia.

La cabeza contra el respaldo, los codos en los brazos del sillón y los dedos entrelazados, cerró luego los ojos para que los instantes le parecieran más veloces, mientras llegaba la respuesta de Beatriz, que debía traerle Casilda.

Bien es verdad que de este almacén sacaba el cargamento de sus críticas, las cuales tenían más de indigestas que de sabrosas, porque no existe cosa antigua que no sacara á colación, ni autor clásico que no desenterrara á cada paso para llevarle y traerle como á los gigantones en día de Corpus.

Al raquítico dio en abultársele la cabeza, poniéndosele como un odre: fue preciso traerle médico y medicinas, todo para salir al cabo con que era una bolsa de agua, y que la bolsa se lo llevaba al otro mundo. A bien que el médico no sólo se negó a cobrar nada, sino que, compadecido de Guardiana, tuvo la caridad de meterla en la Fábrica, que fue como abrirle el cielo, decía ella.

Por la mañana, cuando llevó el chocolate a Bringas, hallole alegre y decidor, tarareando canciones. Ella, por el contrario, se acobardaba considerablemente. Más tarde, Cándida, que era la encargada de traerle de casa de Sobrino las compras, para no infundir sospechas al ratoncito Pérez, le llevó varias cosas.

Al anochecer bajó a la alquería para traerle la cena. Ya había encontrado en el porche varios cortejantes venidos de muy lejos, que esperaban sentados en los poyos el principio del festeig. ¡Hasta luego, don Jaime!...