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Actualizado: 18 de junio de 2025


Y, para disimular su turbación, se lleva la mano al bigote. , se trabaja repite ella maquinalmente, mirándolo siempre. Después, de pronto tendiendo hacia él la mano y apartando los cinco dedos como si quisiera señalarlo con todos a la vez, dice en medio de una explosión de risa: Pero ¿no es usted Juan? El balbucea: ... soy yo... ¿Y usted? Yo soy su mujer. ¿Qué? ¿usted?... ¿la mujer de Martín?

El Santo es condenado á infame servidumbre. Oblíganlo á limpiar las caballerizas reales. Trabaja en los jardines reales. Trátase en vano con el moro de su rescate. Una visión celestial anuncia al Santo su muerte. Muere piadosamente el santo Infante. Arrancan al santo cuerpo las entrañas.

ROSQUILLAS DE SAN ISIDRO. En un cazo se baten dos docenas de huevos, con 100 gramos de azúcar; al quedar bien batidos se añade medio litro de aceite fino y 800 gramos de harina. Se echa sobre el mármol y se trabaja mucho la pasta, hasta que quede todo bien mezclado.

Que en tiempos de escasez padezca hambre el pueblo, el pueblo que trabaja, santo y bueno, pues para eso es pueblo...¡que se fastidie! pero los que están arriba, con sus graneros repletos, ¡ca! los lacayos del magnate nunca han dado más satisfacción a sus apetitos, ellos también.

Pero amigo Tristán repuso la condesa , he oído decir que el que trabaja es el único hombre feliz. Cierto; eso es lo que se dice. En la imposibilidad de emanciparse del trabajo los hombres han convenido de algún tiempo a esta parte en que no es una pena, como se dice en la Biblia, sino un goce. Y razonan del modo siguiente: «Si no trabajásemos nos aburriríamos.

Rafaela se quedó una vez mirando en silencio la costura de la joven, y luego dijo: ¡Ay, niña, qué pena me da de verte tan afanada trabajando siempre! Tu madre también trabaja mucho. ¿Y qué ganan ustedes con esto? Muy poco. El trabajo de las mujeres está muy mal pagado. Es casi imposible el ahorro. Lo comido por lo servido. Vienen las enfermedades y la vejez y traen consigo la miseria.

Hay otros gastos de zapatos y calcetines, porque el mineral destroza mucho. Además, casi todas las semanas llueve en esta tierra y no se trabaja... Total, que no bebiendo vino y comiendo poco, volvemos á casa á los diez meses con cuarenta ó cincuenta duros. Pues vais á ser ricos cualquier día dijo Aresti. ¡Quia! ¡no señor! contestó el muchacho cándidamente.

Eso ; más agua gasta ella en un día que toda la familia en tres meses. Quia, quia. Déjala que se lave. Pues también trabaja. Esta noche ha tomado con tanta atención y empeño la lección de costura, que dentro de poco coserá en máquina mejor que yo. Eres bobo, Relimpio.

Hay cuatro mesas en sendas esquinas y otros dos pares en medio. De las ocho, la mitad están ocupadas. Alrededor, sentados o en pie varios mirones, los más esclavos de su vicio. Se habla poco. Las más veces para pedir un cigarro de papel. Se dan pocos consejos. No se necesitan o no sirven. Basilio Méndez, empleado del Ayuntamiento, es el mejor espada de los presentes. Es pálido y flaco. No se sabe si viste de artesano o de persona decente, como dicen en Vetusta. El sueldo no le bastaba para sus necesidades; tiene mujer y cinco hijos; se ayuda con el tresillo; se le respeta. Juega como quien trabaja sin gusto; de mal humor; es brusco; apenas contesta si le hablan.

Aresti volvióse hacia su primo, que comía silencioso, lanzando alguna que otra mirada al sobrino de su mujer. ¿Qué te parece, Pepe, cómo piensan estos jóvenes? Y encarándose con Urquiola, le dijo con una timidez irónica, dando á entender su deseo de rehuir discusiones con él. Pues esa pillería venida de... España; ese rebaño maketo y pecador, es el que trabaja y da prosperidad á Bilbao.

Palabra del Dia

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