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Actualizado: 3 de junio de 2025
Lo que no tolero, es que dejen a papá solo y esté la casa hecha un asco. Yo no puedo permanecer aquí constantemente; y, además, su situación exige cuidados que un hombre no puede ni sabe darle. Consentiré que mamá y Leocadia sean devotas; pero antes tienen que ser lo que han sido hasta ahora, mujeres de su casa y enfermeras de mi padre.
Hemos cortado los árboles a hachazos, ni más ni menos que en una selva virgen. He pedido clemencia para los naranjos, porque ya sabrá usted que me he reconciliado con el olor de las flores. Sin embargo, no me las ponen en la habitación; sólo las tolero al aire libre. El perfume que las flores cortadas exhalan en un lugar cerrado me sube al cerebro como un olor de muerte, y esto me entristece.
Yo no me paro en pequeñeces dijo don Santiago Fernández , y aunque tolero un apodo honroso, no consiento que nadie se burle de mí. A fe, a fe que cuando uno ha servido en las milicias del Rey por espacio de veinte años; cuando uno ha estado en la campaña de Portugal; cuando uno ha tenido también el honor de encontrarse en la expedición de Argel que mandó el Sr.
Las cartas de la superiora y las embajadas del capellán, hicieron en vano esfuerzos por recobrar la oveja descarriada, mas no lograron que tornase al redil. De allí en adelante, don Luis toleró que Paz, de tarde en tarde, gastara algo en sabanillas, mantos y encajes, pero no la dejó volver a poner los pies en el convento.
No me disparo porque esa mujer u otra cualquiera deje de quererme o prefiera a otro, entiéndalo usted bien. Es muy libre de hacerlo. Lo que no tolero es lo que usted ha hecho, con bien poca delicadeza por cierto..., preparar una escena tan fea y vergonzosa con el solo propósito de humillarme.
Conocía tan bien aquel género de tormento, que sin volver la cara exclamó: ¡Valentina! ¡Yo soy! ¿Creíais que os ibais a reir de mí? Lo que acabas de hacer es muy feo profirió el joven con acento irritado, mirando a su querida cara a cara. Has dado un escándalo, y me has puesto en ridículo. Yo no tolero eso, ¿lo oyes? ¿Que no lo toleras?
Toleró sus distracciones elegantes en cuanto podían hacerlo interesante a los ojos del mundo; pero se mostró de una severidad extrema respecto a la elección de sus relaciones y al cumplimiento de los deberes exteriores que correspondían, según ella, a un joven de su rango.
El Estado no sólo toleró, sino que aprobó esta combinación; vos tampoco tendréis nada que objetar; es muy posible que vos mismo hayáis comprado también al mismo precio un hombre entero, que se haya matado por vos. ¡Y sois capaz de escandalizaros porque ofrezco doble precio, al primer bribón que se presente, por sólo la punta de la nariz!
Todo ezo es mojama, amigo. ¡Ahora que tiene uzté los dos milloncetes en el borziyo, viene uzté con remilgos! Sentí aquella frase como un bofetón en la mejilla, y le dije, frunciendo el entrecejo, en tono áspero: Ruego a usted, Suárez, que no siga en ese camino, porque vamos a reñir. No tolero bromas sobre tal asunto.
Los teatros españoles permanecieron, pues, cerrados por completo desde el ano 1644 al de 1649. En este último año se comenzó ya á permitir las representaciones teatrales, primero en Madrid, siguiendo pronto su ejemplo las demás ciudades del reino; pero, por regla general, se toleró la reapertura de los teatros, bajo la condición de someterse á las restricciones anteriormente expuestas.
Palabra del Dia
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