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Actualizado: 9 de mayo de 2025


La música sonaba, como todos los días, a las puertas del comedor; la lista de platos era la ordinaria; el salón no tenía adornos, y sin embargo las gentes se miraban con aire interrogante. Flotaba en el ambiente una promesa misteriosa: seguramente iba a ocurrir algo. Y la presunción de un suceso desconocido alegraba las miradas y provocaba las sonrisas.

Al explicar su viaje, enseñaba su fuerte dentadura de campesino con sonrisas de inocente malicia. ¡Una verdadera calaverada, de la que hablarían mucho tiempo las gentes allá en Ibiza!

Se saludaron cariñosamente, y durante largo rato hubo entre el joven y la hermosa dama un tiroteo de miradas y sonrisas que llamó extremadamente la atención de Aurelia. ¿Pero, qué es esto? ¿Has vuelto a hablar con esa señora? No. Entonces, ¿qué significa tanta sonrisa? Parecéis amigos íntimos. No replicó el joven algo confuso . Se manifiesta muy afectuosa conmigo.

Quieren casarse con gentes de su mundo propio y mientras te engaña con palabras dulces y alegres sonrisas, la señora Liénard se deja hacer la corte por el inspector general. ¡Vaya, mamá! dijo Simón. ¡Qué sabes de eso! Lo muy bien afirmó la señora Miguelina; ¡si salta a los ojos!... Hace una semana que está aquí y le ha hecho ya tres visitas a la propietaria de Rosalinda.

No podía remediarlo.... La emoción de entrar en los salones en día solemne era para él semejante a la de echarse al agua. Y en efecto, cualquier observador hubiera dicho que aquel hombre creía estar en aquel umbral a la orilla del Océano. Contestaba Saturno con sonrisas muy corteses a las bromas de los envidiosos sin frac que le decían: ¡Vamos, hombre, láncese usted... valor!

Entre los tres cruzábanse alegres miradas, sonrisas de satisfacción. Era la ceremonia anual, el acto de dar los aguinaldos a los criados, por ser el día de la señora. Con majestad teatral, doña Manuela dio un duro a cada uno, más un pañuelo de seda a Visanteta, por lo satisfecha que estaba de su mérito como cocinera.

Seguíles al Retiro, aunque a respetable distancia, porque me hubiera causado mucha vergüenza el que la mamá se enterase: la chiquilla, con menos prudencia, volvía a cada instante la cabeza y me dirigía sonrisas, que me tenían en continuo sobresalto. Al fin volvimos a casa en paz.

Las gentes sonreían al hablar de él, como si le tuviesen por loco; pero estas sonrisas sólo osaban desplegarse cuando estaba lejos, pues á todos les inspiraba cierto miedo. Al mismo tiempo lo admiraban como una gloria local. Había corrido todos los mares, y además tenía su fuerza, su desordenada y tempestuosa fuerza, terror y orgullo de sus convecinos.

La esposa de Cuadros, que respondía a sus amigas con sonrisas de conejo y parecía muy preocupada por pensamientos tristes y misteriosos, abalanzóse a doña Manuela, saludándola con apretado abrazo y sonoros besos. Parecía una desesperada que encuentra al fin el medio de salvación. Tenemos que hablar, doña Manuela le dijo al oído . No, ahora no; después se lo contaré todo. ¡Ay, si usted supiera...!

En los cuchicheos, en las sonrisas, hasta en los juegos más inocentes de sus compañeras, veía burlas y desprecios; y en esta creencia, las ponía a todas como ropa de pascua; se pegaba con algunas, y concluía por volver a su casa, todos los días, llorando soñados agravios hasta de sus maestras.

Palabra del Dia

bagani

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