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Actualizado: 27 de junio de 2025


Víctor, Víctor dijo Cigarral , así haya consuelo con esta visita, como bien me suenan a mis orejas estos ásperos sonidos. Plegue a Dios que lleguen tiempos en que el clarín de la fama no sepa repetir sino estos sones de mi buen amigo, y sírvale de premio tal corona, por las buenas obras de que me es portador.

Sus ojos se abrieron y su voz articuló algunos sonidos, pero éstos no fueron más que suspiros y sollozos, y aquéllos giraban desordenadamente, o se fijaban ni más ni menos que como pudieran estar los ojos de una estatua. El Sultán, traspasado de dolor, condujo al palacio a su desventurada esposa, llevando detrás de y a respetuosa distancia a toda la comitiva.

Eran tambien, si así puede decirse, mas pintorescos, pues como lo observa un crítico español, "los sonidos prolongados mas bien que articulados, de que están llenas las lenguas salvages, parecen mas propios para conmover la imaginacion pintando, que para hablar al entendimiento definiendo."

No veo la tribuna do ardientes oradores, El pan de la palabra caliente derramaban, Y desde lo alto de ella terribles fulminaban, Rayos á los tiranos con santa indignacion; No veo el pueblo inmenso la catedral llenando, Oyendo los sonidos del órgano, suaves, Ni entre nubes de incienso cruzando por las naves Leopardos, quinas, leones, mirar con emocion.

Así es que en Grecia, el descubrimiento de un nuevo metro daba por resultado inmediato la invencion de una nueva música, y las escuelas musicales que conocemos con los nombres de dórica, lidia, frigia, jónica, y eólica, no estaban fundadas sino en la diversidad de metros, siendo los sonidos radicales exactamente los mismos.

Pero el comandante callaba y seguía caminando. Al pasar el puente oyeron los sonidos del piano. Esto pareció de buen augurio á Desnoyers. Aquel artista que le conmovía con su voz apasionada iba á decir la palabra salvadora. Al entrar en el salón tardó en reconocer á Su Excelencia.

El deseo y la esperanza, las tristezas de la separación y el dolor de la muerte, todo esto se adivina en los sonidos que se escapan de sus labios. El rostro de Gertrudis se crispa como para contener las lágrimas; pero sus ojos brillan.

Al pasar por la aldea donde vi enterrar a Cornelia, y donde conocí al marido de Eulalia, penetré en el cementerio por las brechas del muro. La oscuridad era profunda. Los búhos de la vieja iglesia gemían o silbaban en las cornisas. La campana, lentamente movida por el aire, producía sonidos quejumbrosos y, de pronto, no qué acentos lúgubres se elevaron a mi lado.

Y llenó la copa de Ojeda, después de una rápida discusión en la que no parecieron fijarse sus compañeros de mesa. Un zumbido de conversaciones cada vez más fuerte diluía los sonidos de la música llegados del antecomedor. El vaho de los platos, las respiraciones humanas, la radiación de las luces, iban densificando el ambiente. Maltrana, para desvanecer la contrariedad de su amigo, siguió hablando: Ese matrimonio que come dos mesas más allá, es también norteamericano: los esposos Lowe.

La naturaleza, no contenta con extasiarnos con sus obras maestras, se complace á veces con admirarnos, ya con sus encantadores caprichos, ya con misterios llenos de alto sentido. ¡De cuántos modos nos llama Dios á adorarle con sus obras! ¡Oid el himno que entonan todos esos susurros, todos esos sonidos que no comprendemos, y que en diferentes tonos, ya graves, ya alegres, ya dulces, ya austeros, difunden el aire, el agua, el fuego, las plantas, todo lo que creemos inanimado.

Palabra del Dia

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