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Actualizado: 27 de julio de 2025
El idioma de los Movimas, aunque diferente de los otros de la provincia en cuanto al fondo, se parece mucho, por la dureza de sus sonidos y lo difícil de su pronunciacion, al de los Canichanas y de los Itonamas, siendo quizas aun mas duro que estos.
Aceptemos el rápido cambio que, en el individuo, existe entre sus diversos elementos; aceptemos la ley superior que enlaza los miembros vivos de un mismo cuerpo: humanidad. Por medio de sus sonidos que se creen confusos, articula muy claramente el mar sus suaves palabras.
Y esto era ser poeta y ser artista. Antes que en pintor, había querido picar en músico; y en este intento, aunque no llegó a dominar el arte, sacó mejores frutos que en los otros: tenía paciencia, mucha maña y buen gusto, y el piano era un almacén de sonidos hechos.
Si el sordo que no tiene idea de los sonidos, el ciego que no sabe lo que son colores, procederian muy mal negando la posibilidad de las sensaciones de que ellos carecen; no discurriríamos con mas acierto nosotros afirmando que no es posible un órden de sensaciones diferente del que tenemos.
Ni con los siete colores del prisma, ni con las siete notas del pentágrama, en sus combinaciones innúmeras, se puede producir en los colores y en los sonidos una variedad tan asombrosa como la existente en las fisonomías humanas. En la misma manera de andar, en el aire, nos diferenciamos.
Los animales tienen diferentes sonidos para expresar la alegría o el dolor; pero el paralítico yace en el último grado de la escala de los seres. Le Tas se cansó de golpearlo antes de que él sospechase que lo golpeaban.
Cuando yo muera y mis vecinos, después de haber dejado en el campo de la muerte el puñado de polvo que reste de mi cuerpo No llores por mí; lanza a los horizontes tus alegres sonidos de los días de fiesta. Quisiera que imitara tu voz de bronce el ruido alegre que produce al romperse la cadena del esclavo o el cerrojo de la cárcel cuando se abre para dar libertad al cautivo.
El agresor respondía a estos mayidos con otros obscuros sonidos guturales que expresaban remordimiento. Al fin, no pudiendo resistir más tiempo la vista de aquella tragedia dolorosa, giró sobre los talones y salió de la estancia.
Me dejé caer sobre una silla, la mano derecha sobre la cabeza y fijos los ojos en la iglesia, oía involuntariamente el toque melancólico de la campana, de cuyas vibraciones tanto gustaba, y que, llorando entonces, llevaba mi llanto entre sus sonidos a todas las colinas, penetrando en las cabañas de mis buenos amigos los campesinos.
A lo lejos los ladridos de los perros resonaban en la otra margen del Tiber; mas cerca de mi, el grito lugubre de los buhos salia del palacio de Cesar, y el viento me traia los sonidos moribundos del canto nocturno de las centinelas.
Palabra del Dia
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