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Actualizado: 26 de mayo de 2025


Sentáronse a la redonda de las pieles seis dellos, que eran los que en la majada había, habiendo primero con groseras ceremonias rogado a don Quijote que se sentase sobre un dornajo que vuelto del revés le pusieron. Sentóse don Quijote, y quedábase Sancho en pie para servirle la copa, que era hecha de cuerno.

Y hecho, esto, sentóse cabo della, preguntándome muy por extenso de dónde era y cómo había venido a aquella ciudad. Y yo le di más larga cuenta que quisiera, porque me paresció más conveniente hora de mandar poner la mesa y escudillar la olla que de lo que me pedía.

Sentose, o por mejor decir dejose caer sobre una silla, pidió un vaso de agua con azahar al mozo y, respirando trabajosamente, profirió roncamente: ¡Si supieran ustedes lo que me acaba de pasar! Eso es lo que todos querían: saber lo que le pasaba.

Los criados entraban con bandejas de chocolates y de helados. Cobo Ramírez cogió una mesilla japonesa, la llevó a un rincón, sentóse frente a ella y se apercibió a engullir. Pepa Frías echó una mirada en torno, y viendo al general Patiño acercarse, le dijo: General, tome usted estas cartas: estoy cansada de jugar. Dáselas a Pepe, Clementina; vamos un poco al salón.

Teniendo que visitar á la familia de Cabesang Tales al día siguiente, aprovechaba la noche para cumplir con aquel deber. Sentóse sobre una piedra y pareció reflexionar. Se le presentaba su pasado como una larga cinta negra, rosada en su comienzo, sombría despues, con manchas de sangre, despues negra, negra, gris y clara, más clara cada vez.

Sentóse Altisidora en una silla, junto a su cabecera, y, después de haber dado un gran suspiro, con voz tierna y debilitada le dijo: -Cuando las mujeres principales y las recatadas doncellas atropellan por la honra, y dan licencia a la lengua que rompa por todo inconveniente, dando noticia en público de los secretos que su corazón encierra, en estrecho término se hallan.

Oyendo abrir la puerta, dejó repentinamente de tocar; era un sirviente. ¿Recibe la señora condesa? , ¿quién está ahí? El señor conde de Lerne, señora. Hacedle entrar. Alzó a su hijo y le dio un beso, en seguida, sentose gravemente en un sillón teniéndolo en sus brazos como las madonas tienen a su bambino.

Vete bendita de Dios replicó al cabo girando sobre los talones y encaminándose de nuevo á su cuarto. Sentóse á la mesa y otra vez comenzó á trasladar partidas y confrontar sumas.

En aquel momento dirigió los ojos hacia el lugar donde reposaba Magdalena, y levantose de súbito, apoyando la mano sobre uno de los brazos de su butaca con una fuerza insólita, exclamando con visible emoción: ¿Quién es aquel que está ante la tumba de Magdalena? Dime, ¿quién es? Después sentose de nuevo, diciendo: ¡Ah! no es un extraño: es él. ¿Quién? exclamó Antoñita precipitándose al exterior.

El bruto, como sucede siempre, podía más que el filósofo. Buscó a tientas la salida, y apoyándose en las paredes llegó hasta la escalera. Al bajar el primer peldaño, sus botas rechinaron en el silencio de la casa. Sentose y se despojó de ellas. Luego se deslizó hasta abajo sin hacer el menor ruido.

Palabra del Dia

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