Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 22 de julio de 2025


A dios de S. Felipe el gran paseo, Donde si baxa, ó sube el Turco galgo, Como en gaceta de Venecia leo. A dios, hambre sotil de algun hidalgo, Que por no verme ante tus puertas muerto, Hoy de mi patria, y de mi mismo salgo. Con esto poco á poco llegué al puerto, A quien los de Cartago dieron nombre, Cerrado á todos vientos y encubierto.

Antes de partir el tren, el empleado del vagón sabía ya el motivo que ha arrancado á la duquesa de su castillo cerca de Londres, haciéndola atravesar París de estación á estación. Va á Brindis me ha dicho para recibir el cadáver de su nieto, un aviador que acaba de morir en los Dardanelos. Algo entrada la mañana salgo al pasillo. Los vidrios de las ventanas están opacos á causa del frio exterior.

Y agarrado a la reja se expresaba con tal vehemencia, que parecía querer meter su cara por entre los hierros buscando la de María de la Luz. Quieto, ¿eh? dijo la muchacha con risueña amenaza. A ti que te voy a picá yo, pero con una horquilla del moño, si no te estás quieto. Ya sabes, Rafaé, que no me gustan ciertas bromas y que salgo a la reja porque me prometes que serás formal.

Llegué ayer, mañana salgo para Lisboa. Una corta detención: hablar dos palabras con el empresario del Real; tal vez venga el próximo invierno a cantar La Walkyria. Pero hablemos de usted, ilustre orador... más bien dicho de ti, porque nosotros creo que aún somos amigos. : amigos, Leonora... yo no he podido olvidarte.

Debe de aburrirse usted mucho en Vetusta, Ana decía don Álvaro. Buscaba en vano manera natural de llevar la conversación a un punto por lo menos análogo al que pensaba tratar muy por largo, llegada la ocasión oportuna. , a veces me aburro. ¡Llueve tanto! Y aunque no llueva. Usted no va a ninguna parte. Será que usted no se fija en ; bastante salgo.

Y pasando su vista del libróte a la puertecilla inmediata, exclamó: ¡Ay, ese archivo, Gabriel, qué pena da! Cada vez que lo visito salgo triste. Por ahí han pasado los bárbaros. Todos los libros de música tienen páginas arrancadas, recortes allí donde existía una letra pintada, una viñeta, algo bonito. La vieja música duerme bajo el polvo.

-Nadie me la puede pedir -respondió Sancho-, si no es quien ordenare el duque mi señor; yo voy a verme con él, y a él se la daré de molde; cuanto más que, saliendo yo desnudo, como salgo, no es menester otra señal para dar a entender que he gobernado como un ángel.

Estoy perdiendo el tiempo en gemir en vez de hacer mi maleta, pues salgo de viaje dentro de un momento. He prometido dar una conferencia en el Círculo Artístico de Amberes y aprovecharé la ocasión para pasear mi elocuencia por Gante, Bruselas y Malinas, donde estoy invitado. Es un viaje de ocho días que me distraerá y traerá unos cuantos pesos a mi bolsa hospitalaria.

¡Manolo! dijo al fin bastante fríamente. ¿De dónde sales? ¿De dónde salgo?... Pues del tren, y antes de una fementida tartana que me ha desparramao los huesos por el cuerpo... Pero choca, criatura. ¿Es que no quieres darme la mano? añadió poniéndose serio repentinamente. ¿Por qué no? dijo ella extendiendo su mano regordeta por encima del mostrador.

Palabra del Dia

accidents

Otros Mirando