Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de junio de 2025
Lo que entonces sucede, van ustedes á saberlo en el capítulo siguiente, escrito en presencia de los apuntes fidelísimos que yo tomé en uno de esos Concejos á que asistí como curioso.
En fin Gasca y el general se concertaron, quedando este muy contento con las dádivas que le envió: todo lo cual se hizo sin saberlo los soldados; que si lo penetráramos, le hubiéramos enviado al Perú atado de pies y manos. Envió despues el general cuatro soldados al Licenciado Gasca, que eran, el capitan Nuflo de Chaves, Agustin de Campos, Miguel de Rutia y Rui Garcia.
Eres un hombre solo, y desafías, sin saberlo, á una organización grande como el mundo... El golpe aún no ha caído sobre ti, pero caerá de un momento á otro; tal vez hoy mismo; yo no puedo saberlo todo... Por esto necesitaba verte, para que te pongas á la defensiva, para que huyas si es preciso.
¿De manera, señor cura, le pregunté, que Vd. no recibe dinero por bautizos, casamientos, misas y entierros? No, señor, no recibo nada, como va Vd. a saberlo de boca de los mismos habitantes.
Sí, sí respondió maquinalmente el cura. Porque siempre se quiere a su marido ¿verdad? Sin duda alguna, sin duda. Bueno. Ahora, señor cura, decidme si se da el caso de que los hombres amen a varias mujeres. Yo no sé eso repúsome fastidiado el cura. Sí, sí, debéis saberlo. Por otra parte un marido puede amar a otra mujer, que la propia, puesto que Francisco I amaba a Ana de Pisseleu y era casado.
¿Pero qué importa á vuesa merced?... ¿no ha perdido vuesa merced la afición á saberlo todo? Ven acá, Francisco; ven acá, á lo obscuro, hijo, que en ninguna parte se dice mejor un secreto que donde no hay luz, ni nunca toma mejor dinero quien, como tú, gastas vergüenza, que á obscuras. Ven acá, te digo, y si quieres embuchar, desembucha.
Creía tener comprimida á la familia real, y, sin embargo, el rey y la reina se le escapaban, como quien dice, por los poros. Creía saberlo todo, y, sin embargo, ignoraba que existiesen aquellas comunicaciones secretas de que hablaba la carta. Se creía seguro del afecto, de la fidelidad de don Rodrigo Calderón, y la duquesa le daba respecto á él una voz de alerta.
En realidad no podía usted saberlo... Nuestro Simón no había nacido entonces todavía... Se ha hecho aguardar un poco, pero de todas maneras ha sido en nuestra casa el bienvenido, ¿no es verdad, señora Princetot? La señora Miguelina parecía disgustada por la charla de su marido; su plácido rostro de mujer devota tomaba una expresión de vivo descontento y sus labios se plegaban con gesto nervioso.
Era una cosa blanda que se retorcía lanzando ahogados chillidos, aprisionada por la arena y el arco de puente que formaban sus zapatos entre la planta y el tacón. Se inclinó hasta tocar el suelo y, levantando el pie, extrajo aquella cosa animada de su dolorosa esclavitud. Vió que eran dos hombrecillos sobre los que había puesto su pie sin saberlo.
Vengábase protegiendo ahora los amores de Mesía y Ana, «del idiota de don Víctor» que se ponía a comprometer a las muchachas sin saber de la misa la media; vengábase de la misma Regenta que caía, caía, gracias a ella, en un agujero sin fondo, que estaba, sin saberlo la hipocritona en poder de su criada, la cual el día que le conviniese podía descubrirlo todo.
Palabra del Dia
Otros Mirando