Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de julio de 2025


Y para calmar la impaciencia bélica del ruso, el príncipe Tong remitía, con estos recados sutiles, algún substancioso presente de confites o goma de bambú en caldo de azúcar. Había un kiosco en el jardín, bajo los sicomoros, que se denominaba, al modo chino, el «Reposo discreto»; a un lado un arroyo fresco cantaba dulcemente bajo una fuentecilla rústica pintada de color de rosa.

El ruso, que conocía á los políticos avanzados, le estaba dando cuenta de las gestiones realizadas por Jaurés para mantener la paz. Aún había muchos que sentían esperanzas. El, Tchernoff, comentaba estas ilusiones con su sonrisa de esfinge achatada. Tenía sus motivos para dudar... Pero sonó el timbre otra vez, y el español corrió á abrir, abandonando á su amigo. Un señor deseaba ver á Julio.

Pero si en la pura región de las ideas, como hubiera pensado Bonis, esto era corriente, el sentido íntimo le decía a Emma que del dicho al hecho hay mucho trecho; que ella no llegaría a faltar a su Bonis, como no se la apurase mucho, como no fuera en un momento de locura, suscitado por un príncipe ruso u otro personaje de mérito excepcional; y que, aun así, tenía ella que convertirse en otra, violentarse mucho.

Había empezado á desarrollarse un drama al otro lado de los tabiques: un drama vulgar, repetición de otros y otros que ocurrían al mismo tiempo. Ella es alemana añadió el ruso . Nuestra portera ha husmeado bien su nacionalidad. El se habrá marchado á estas horas para incorporarse á su regimiento. Anoche apenas pude dormir.

Cuando don Marcelo, en su optimismo entusiasta, anunciaba la terminación de la guerra para la primavera siguiente... para el verano, siempre con cuatro meses de plazo á lo más, el ruso movía la cabeza. Esto será largo... muy largo. Es una guerra nueva, la verdadera guerra moderna.

La mayor, Berta, había conquistado la voluntad de un ingeniero ruso, que se mostraba dispuesto á hacerla su esposa. La menor casi había conseguido lo mismo con un oficial joven; sólo le quedaba por vencer la resistencia de una madre orgullosa y tradicionalista, que vivía en provincias....

Pero Argensola poseía el medio de vencer á este personaje huraño. Le bastaba guiñar un ojo con expresiva invitación. «¿Vamos?» Y se instalaban los dos en un diván de Desnoyers ó en la cocina del estudio, frente á una botella procedente de la avenida Víctor Hugo. Los vinos preciosos de don Marcelo enternecían al ruso, haciéndolo más comunicativo.

La villa Cyclamens estaba alquilada a una señora milanesa, la Condesa d'Arda, que la ocupaba todos los años, de junio a noviembre. La amistad de la Condesa con el Príncipe Alejo Zakunine, revolucionario ruso que había sido condenado primero en su país, expulsado en seguida de todos los Estados de Europa y refugiado últimamente en el territorio de la Confederación, era conocida desde tiempo atrás.

Ese sabe siempre a punto fijo, de muy buena tinta, los pormenores de la última batalla: sabe si don Miguel está en Coimbra, en Lisboa o en Badajoz; entiende muy bien la marcha de Nicolás, que así llama él con franqueza al autócrata ruso. Suele sucederle luego que los que él supuso entrar vencedores en un punto, entraron en él prisioneros; pero todo es entrar.

La familia de Madrid divierte á todo el mundo. El ruso nos prueba que tiene mucho oro. La familia de Madrid hace ver que tiene muchos humos en la cabeza. Si todo el mundo estuviese compuesto de rusos, como el de la calle de Lepelletier, y de familias, como la del convite de Madrid, la humanidad ofreceria seguramente un espectáculo muy curioso. Vamos á la última novedad.

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando