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Actualizado: 20 de mayo de 2025


Y no es un novio cualquiera, según todas las señales, sino un novio consentido y aceptado por los padres; un novio oficial. ¡Qué bien se conoce que D. Baltasar Rodríguez ganó mucho dinero á la abogacía y aún más con algunos negocios de minas en que estaba metido! D. Marcelino poseía un buen capital, pero tenía varios hijos, mientras D. Baltasar acumulaba riquezas para uno solo.

Guillén de Castro prosiguió el canónigo, sonriendo siempre , Eurípides.... Y como sobrevino una pausa, doña Emerenciana saltó: ¿Eurípides qué? Eurípides López y Rodríguez respondió el canónigo, con espetada sorna esta vez. Se ve que era de familia humilde comentó doña Emerenciana . Y bien, ¿con cuál de los nombres hemos de llamarle? Unos me llaman por uno, otros por otro.

Octavio quiso aprovechar la ocasión, que le pareció de perlas, para despedirse y dió algunos pasos hacia ella con la mano extendida. Condesa, á los pies de usted... He tenido mucho gusto en ver á ustedes tan buenos y... ¿Qué es eso, señor Rodríguez exclamó el conde viniendo hacia él, nos quiere usted dejar tan pronto? ¿Por qué no viene á dar un paseo con nosotros?... ¿Tanta prisa tiene usted?

A 27 de Agosto entró solemnemente en Sevilla el Rey Católico. La ciudad erigió en su honra trece arcos, los cuales hizo Alonso Rodríguez Maestro mayor de la Santa Iglesia y se le dieron por su trabajo 15000 mrs.

Mas el Paraguay no llegó a tener gobierno autónomo, propiamente dicho, hasta pasados cincuenta años. En 1814 el doctor José Gaspar Rodríguez Francia, comúnmente conocido por el nombre de "Doctor Francia," fué elegido dictador por tres años, y al terminar este período, se le hizo dictador vitalicio.

Tomado, pues, este apuntamiento, y habiendo imaginado el duque lo que había de hacer en el caso, las enlutadas se fueron, y ordenó la duquesa que de allí adelante no las tratasen como a sus criadas, sino como a señoras aventureras que venían a pedir justicia a su casa; y así, les dieron cuarto aparte y las sirvieron como a forasteras, no sin espanto de las demás criadas, que no sabían en qué había de parar la sandez y desenvoltura de doña Rodríguez y de su malandante hija.

Amaro Rodríguez tiene en su vida de cuerdo una nota dramática, pues según las noticias que figuran al frente de sus sermones, «fué casado y su locura provino de haber hallado á su mujer en íntima correspondencia con un fraile, á la cual se atribuye el íntimo rigor con que les sacude siempre que los coje por delante

La dueña Rodríguez clamaba llorosa: Yo no soy fantasma, ni visión, ni alma del purgatorio, sino doña Rodríguez, la dueña de honor de mi señora la duquesa, y vengo a inculparos de vuestra sátira contra todas las dueñas, encarnadas en vuestra falsa y mentirosa Dueña Dolorida!...

Juzga a los Reinafé por un crimen averiguado; pero en seguida manda fusilar sin juicio previo a Rodríguez, gobernador de Córdoba, que sucedió a los Reinafé, por no haber obedecido a todas sus instrucciones; fusila en seguida a Cullen, gobernador de Santa Fe, por razones que él sólo conoce, y últimamente, expide un decreto por el cual declara que ningún Gobierno de las demás provincias será reconocido válido mientras no obtenga su exequátur.

Se cogió entre los dedos el labio inferior, y moviendo la cabeza y hundiendo la barba en el pecho, metía los ojos debajo de las cejas. «En fin..., yo hablaré con Rodríguez... Es amigo mío..., buena persona. ¡Dos mil quinientos! murmuró la joven ensimismada en sus cálculos, como un calenturiento sumergido en el doloroso caos de su estupor febril. Veremos... Quizás se pueda...

Palabra del Dia

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