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Actualizado: 24 de mayo de 2025
Su excelencia me da muchas todos los días, señora contestó respetuosamente Santos. Una orden de... prisión. Efectivamente, señora: su excelencia me ha dado orden de que mande en su nombre á un alcalde de casa y corte, que prenda á... ¿Don Francisco de Quevedo? Sí, señora. Don Francisco es caballero del hábito de Santiago y no puede ir á la cárcel dijo doña Catalina. Se le prenderá en su casa.
Dawson estaba ya de vuelta en la mansión de la plaza Grosvenor, cuando un día, a eso de las doce, Glave hizo pasar a mi presencia a Carter. Conocí por su semblante la agitación que lo dominaba, y apenas entró, después de saludarme respetuosamente, exclamó: ¡He conseguido descubrir la dirección de la señorita Mabel, señor!
Y Rafael, perturbado por el miedo a parecer ridículo, se decía que aquellos brutos estaban tal vez en lo cierto, que así se triunfaba, y que él sufría por su culpa, por contemplar a Leonora respetuosamente, de lejos, como un idólatra sumiso. ¡Cristo! ¿No era él el hombre y por tanto el más fuerte? Pues a hacer sentir la autoridad del sexo. Le gustaba y había de ser suya.
Permanecimos un momento inmóviles, contemplándonos. Después me descubrí y saludé respetuosamente. El Rey recobró entonces el uso de la palabra y preguntó con extrañeza: Coronel, Federico ¿quién es este caballero? Iba yo a contestar, cuando el coronel Sarto se interpuso y empezó a hablar al rey en voz baja, con su tono gruñón.
Traía un nietecito de la mano que Tristán besó y agasajó mientras García se apartó respetuosamente algunos pasos. Maestro y discípulo departieron con afecto unos momentos, y en la forma cordial con que Rojas le abordó podía observarse que Tristán era su predilecto.
Pero las puertas del castillo estaban bien guardadas por soldados españoles, y no dejaron pasar a mis emisarios. Poco después, presentóseme el oficial que los mandaba, y me dijo respetuosamente: »Vengo a cumplir una orden bien sensible para mí. Estoy encargado de prender a usted. »A mí, señor oficial? »Sí, a la condesa de Pópoli. »¿De orden de quién? »Del Rey.
Saludé respetuosamente al prelado, que venía del fondo del Asia, como a un colega en peregrinación, y en breve el barco, bastante malo por cierto, surcaba las aguas del mar Caribe, siguiendo el derrotero tantas veces cruzado por las naves españolas en los tiempos en que las costas del Pacífico despoblaban a España, atrayendo a sus hijos con el imán del oro.
Será, con permiso de Vuecencia, porque el diablo reclame lo suyo, o por otra causa; pero ello es. Y cómo el que se ahoga se agarra a lo primero que alcanza con las manos, y Vuecencia tiene poca práctica para esos fregados, porque ha nacido para cosas más altas y más nobles..., cumplo con un deber, hasta de conciencia, dándole respetuosamente este aviso.
Juan Montiño, que se había descubierto respetuosamente dejando ver por completo su simpático y bello semblante y su hermosa cabellera rubia, sacó en silencio de un bolsillo de su jubón el brazalete real de que se había apoderado y que en tantas confusiones le había metido, y le entregó á la dama. ¡Ah! exclamó ésta tomándole con ansia.
Y se retiró, retrocediendo, con el cuerpo inclinado respetuosamente. Entonces abrí de par en par la ventana, y, asomando la cabeza, respiré el aire cálido, como un corzo cansado. Después miré hacia abajo, hacia la calle, donde la burguesía, saliendo de misa pululaba entre dos filas de carruajes.
Palabra del Dia
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