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Actualizado: 12 de junio de 2025


Aunque entre nosotros no exista hace tiempo verdadero matrimonio, el lazo social que nos une no se ha roto. Ella tiene el deber de respetarlo... Si no lo respeta añadió sordamente, nos veremos. Miss Florencia dejó escapar una risita maligna. ¡Es gracioso! ¡es gracioso! ¿El qué es gracioso? preguntó él cogiéndola por la muñeca y apretándola convulsivamente.

Con mucha freqüencia sucede que un rey sea destronado; y por lo que respeta á la honra que hemos tenido de cenar con ellos, eso es una friolera que ni siquiera mentarse merece. Apénas estaba Candido en el navío, se arrojó en brazos de su criado antiguo y su amigo Cacambo. ¿Y pues, le dixo, qué hace Cunegunda? ¿es todavía un portento de beldad? ¿me quiere aun? ¿cómo está?

Las lluvias habían disuelto y arrastrado lentamente el terreno en los alrededores, pero las pesadas piedras habían sido respeta das, y con su peso daban consistencia á los gigantescos pilares de arcilla que las sostenían. Cada promontorio, cada roca de la montaña tiene, pues, su aspecto peculiar, según la materia que la forma y la fuerza con que resiste á los elementos de degradación.

Eres un desvergonzado dijo la tía María a su nieto ; tienes más hiel en tu corazón, que buena sangre en tus venas: ¡a las faldas se las respeta, ganso! Pero en todo el lugar hay otro más díscolo ni más desamoretado que . ¡Como está usted hecha a la finura de esa pilla de playa respondió Momo , que me ha puesto las orejas como usted las ve, le parecen a usted los demás bastos!

Todo novelista que se respeta, todo dramaturgo que posee el secreto de hacer patalear de entusiasmo al público, no conoce vacilaciones al graduar la simpatía atractiva de sus personajes. El hombre funesto, el «traidor» de la obra, ya se sabe que debe ser un rico, un manipulador de caudales; y si ostenta el título de banquero, mejor que mejor.

Ella enseña a sus amigos las marcas de los golpes; él oculta los arañazos bajo una capa de polvos, pero afirma con un rencor balbuciente que se lo contará todo a su hermano el mayor, el único equilibrado de la familia, un centauro de la Pampa, un estanciero, al que respeta el padre, adora la madre y tiene un miedo horrible la hermosa Nélida. Cuando habla de él se pone pálida.

Y Frígilis invocaba esto y los derechos del marido ultrajado para obligar a Mesía a huir. «Eso no es cobardía dice que le dijo eso es hacerse justicia a mismo, usted merece la muerte por su traición y yo le conmutó la pena por el destierro». ¿Eso dijo Crespo? Eso. ¡Miren Frígilis! Tiene mucha confianza con Álvaro, que le respeta mucho. Bueno, ¿y qué más? Nada, que Álvaro dio palabra.

Hay cuatro mesas en sendas esquinas y otros dos pares en medio. De las ocho, la mitad están ocupadas. Alrededor, sentados o en pie varios mirones, los más esclavos de su vicio. Se habla poco. Las más veces para pedir un cigarro de papel. Se dan pocos consejos. No se necesitan o no sirven. Basilio Méndez, empleado del Ayuntamiento, es el mejor espada de los presentes. Es pálido y flaco. No se sabe si viste de artesano o de persona decente, como dicen en Vetusta. El sueldo no le bastaba para sus necesidades; tiene mujer y cinco hijos; se ayuda con el tresillo; se le respeta. Juega como quien trabaja sin gusto; de mal humor; es brusco; apenas contesta si le hablan.

Gallardo se regocijaba con este relato, especialmente al llegar al último punto. ¡Así!... ¡haces bien! decía con una alegría salvaje . ¡Duro con esas gachís! las conoses. Así te querrán más. Lo peó que le pué pasar a un cristiano es achicarse con ciertas mujeres. El hombre debe haserse respetá.

Toda persona elegante que se respeta debe ir a veranear. Es una ordinariez quedarse en Madrid el verano.

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