Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de mayo de 2025
Apresuráronse los preparativos de boda. En cuanto pudo levantarse se fue a Madrid, pero allí recibía todos los días la visita de Clara y Elena y las acompañaba a las tiendas para comprar lo que aún faltaba y para apremiar a las modistas, joyeros y maestras de confecciones.
El senador, que había escrito versos en su juventud y hacía poesía oratoria cuando inauguraba alguna estatua en su distrito, vió en estos solitarios de la montaña, ennegrecidos por el sol y el humo, despechugados y arremangados, una especie de sacerdotes puestos al servicio de la divinidad fatal, que recibía de sus manos la ofrenda de las enormes cápsulas explosivas, vomitándolas en forma de trueno.
Que la fábula fuese sin ornato, Sin artificio y pobre de argumento, No la escuchaban con desdén ingrato. El pueblo recibía muy contento Tres personas no más en el tablado, Y á las dos solas explicar su intento.
Don Pedro Manuel de Jáuregui había servido en el Real Cuerpo de Alabarderos. Después se dedicó a negocios, y era tan honrado, pero tan sosamente honrado, que no dejó al morir más que cinco mil reales. Oriundo de la provincia de León, recibía partidas de huevos y otros artículos de recoba.
Y con medias palabras, su amigo le daba a entender que la Regenta le recibía con mala voluntad y que a él no le gustaba estorbar. Además, no era él solo el que se retraía. El mismo Paco, el Marquesito, que en otro tiempo no hacía más que entrar y salir, ahora apenas parecía por aquella casa.
La marquesa se santiguó vivamente no bien desapareció el lacayo, fijó un momento sus grandes y vivos ojos negros en un cuadro bellísimo de la Virgen que había en el testero, y volvióse hacia la puerta, tan risueña, tan señora y tan serena como cuando recibía en Madrid a sus amigos íntimos.
Adiós, Aldama concluyó diciéndole y apretándole al mismo tiempo la mano ; que no falte usted el viernes. Hace dos o tres semanas que no le vemos. Rojas recibía a sus amigos los viernes por la noche en su casa. Era una tertulia casi exclusivamente de literatos donde predominaban los jóvenes.
Que en rescate del hijo una graciosa Mozuela tome, pide; asì pensando Cumplir su voluntad tan deseosa, Su rostro y hermosura exagerando: Y dícele: la tome por esposa, Y mientras, él está aquesto tratando, El Juan Ortiz la moza recibia, Y al indio sin su hijo en paz envia. En este tiempo ¡O cosa lastimera!
El marqués de Jiménez recibía un capítulo cada dos días, y al copiarlo de su letra a pesar de sus grandes ocupaciones , admirábase de la sabiduría del joven. «Esto va a dar golpe pensaba . Tal vez es demasiado bueno; hay que poner un poco de estilo propio.»
El Magistral no menos dulce, suave y pegajoso, recibía con placer aquel incienso, detrás del cual habría tantas talegas. Señora... con mil amores... si pudiera... pero... tengo que hacer, a las siete he de estar.... Oh, no, no valen disculpas.... Ayúdeme usted, Marquesa, ayúdeme usted a convencer a este pícaro. La Marquesa ayudó, pero fue inútil.
Palabra del Dia
Otros Mirando