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Actualizado: 1 de junio de 2025
El señorito no viene hasta la noche. Mandó un recado para que no le esperase usted. Y la taimada gata se sonreía de un modo tan zalamero, que Fortunata no pudo menos de preguntarle: «¿Quién está ahí?».
Las Preposiciones eran enanas, y más que personas parecían cosas, moviéndose automáticamente: iban junto á los Sustantivos para llevar recado á algún Verbo, ó viceversa.
Siempre que envió recado, le contestaron que Clara estaba mal de salud ó muy ocupada y que le era imposible salir. Lucía fué ella misma á ver á Clara, y sólo dos veces pudo verla, pero en presencia de su madre.
Me afirmó que usted entendería el recado inmediatamente. Miguel hizo un gesto de aprobación; sí que lo entendía... ¡Sabio amable! En aquel momento le deseaba cuantas felicidades puede gozar un hombre. De no conocer sus escrúpulos y su altivez, hubiese pedido á don Marcos todo el dinero que había en la casa para entregárselo á manos llenas.
El caso es que... es lastima que haya usted dado un paseo tan largo; pero ya hoy doña Manuela no saldrá... hase su guardia... es su día... que le toca hoy. No importa, señora. Suplico a Vd. que la pase recado: ya he dicho a Vd. que soy su hijo. Como Vd. guste, señor; pero estará inútil. Una ves que ya se ha entrado en la guardia, non se puede salir.
Tinta y papel. Llegadme aquí una silla. Sacan un bufete y recado de escribir, y siéntase el REY a escribir. CONDE. Aquí está todo junto. SANCHO. Su gran valor espanta y maravilla. Al Rey hablé, Pelayo. PELAYO. El es hombre de bien, ¡voto a mi sayo! SANCHO. ¿Qué entrañas hay crueles Para el pobre? PELAYO. Los reyes castellanos Deben de ser ángeles. SANCHO. ¿Vestidos no los ves como hombres llanos?
Y si me hace bien el recado, cuente con un hongo casi nuevo... Me lo han dado ayer en una casa, y lo reservo para los amigos que me ayudan... ¿Con que lo hará usted? Hoy por ti y mañana por mí. Vaya, abur, abur. Ido y su mujer se deshacían en cumplidos y fueron escoltando a las señoras hasta la puerta de la calle.
Rabiando estoy por marcharme repliqué . Vengan acá esos bollos y ese chocolate, que la Sra. Marquesa estará con el alma en un hilo aguardando tan buenas cosas. ¿Y qué le digo a su merced en contestación al recado que tuve el honor de traer? Que está muy bien contestó Inés, apretando su cara contra la reja.
Pero mi plan hasta entonces se desenvolvía con buen éxito, y esto compensaba hasta cierto punto aquella molestia. Por fortuna, llegamos pronto a la Inspección. Allí expuse con firmeza mi querella, apoyada por Gloria, y reclamé la intervención del juez. Al mismo tiempo mandé un recado al conde del Padul por medio de Paca.
El rubor coloró el semblante de doña Luz, quien no acertó a disimular con su amiga íntima el contento y la satisfacción de amor propio que aquello le causaba. ¿Qué recado, qué embajada me traes? ¿Es alguna burla tuya, o de D. Jaime Pimentel? Nada de burla. Esto va de veras y muy de veras. Don Jaime te idolatra.
Palabra del Dia
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