United States or Martinique ? Vote for the TOP Country of the Week !


Por una cuestión poco limpia había tenido un duelo, y no había querido reconciliarse con su adversario; pero más tarde le había salvado de la muerte, con riesgo de su propia vida, heroicamente.

«A la madre Misericordia, abadesa de las Descalzas reales . Del duque de Lerma . En propia manoId, id, Montiño dijo el duque ; id, llevad esa carta al momento á su destino, y traedme la contestación. Montiño salió casi sin despedirse del duque por obedecerle mejor, y su excelencia se quedó murmurando: ¿Qué habrán ido á hacer mi hija y Quevedo á las Descalzas reales?

Fué este empeño una lucha sorda, desesperada, tenaz, contra las necesidades de la vida y contra su propia debilidad.

El primero el de la propuesta de un convenio nuevo que envió al Conde de Essex al darle cuenta de los disgustos que había sufrido; consistía: 1.º, en la completa seguridad de la persona que en lo sucesivo se encargara de llevar las cartas; 2.º, que reuniendo el Conde todas las que tenía en su poder y las que poseía Bacon, las quemaría, sin lástima de las bellezas literarias, avisándole de su propia mano estar cumplida la destrucción; 3.º, que había de asegurarle haría lo mismo con todas las cartas sucesivas, sin mostrarlas á nadie más que á la Reina; 4.º, que si por resultado de la correspondencia, contra lo que podía suponerse, llegaba á perder la situación que tenía en Francia, volvería á tomarle el Conde bajo su protección en Inglaterra.

En cuanto una madre ha puesto en el mundo un hijo, y le ha inculcado su propia fe, ¿qué le resta hacer ya? ¡Como no sea poner todos los días su débil mano entre la llama de esta fe y el viento del siglo que pretende apagarla! ¡Ah! yo me he sentido algunas veces orgullosa de ser madre de hijo semejante pero su independencia de espíritu me ha hecho sufrir mucho.

No quiero privar á mis lectores de tan sabrosísima lectura, y en el mismo castila en que está escrito, y con su propia puntuación y ortografía, lo traslado aquí, y que Dios me perdone. Dice así: «Recetario de yerbas y flores de Guinobatan.

Importa, antes que todo, rejuvenecerse y robustecerse para cobrar confianza; aprender luego o recordar los ejercicios gimnásticos y de las armas; apercibirse de los convenientes pertrechos, pero sin gastar en adquirirlos lo que antes debe emplearse en restaurar los bríos naturales de la propia persona, y, por último, buscar y ganar amigos para no verse otra vez abandonados en el caso de un nuevo conflicto.

Los murciélagos revoloteaban en las encrucijadas de las columnas, queriendo prolongar algunos instantes su posesión del templo, hasta que se filtrase por las vidrieras el primer rayo de sol. Pasaban volando sobre las cabezas de las devotas que, arrodilladas ante los altares, rezaban a gritos, satisfechas de estar en la catedral a aquella hora como en su propia casa.

El angelote se empinó en la punta de los pies para alcanzar mejor el dinero, alargó a la vez ambas palmas, y las sumergió en el mar de cobre.... Las paseó mucho rato por la superficie sin osar cerrarlas.... Por fin hizo presa en un puñado de ochavos, y entonces apretó el puño fortísimamente, con la intensidad propia de los niños, que temen siempre se les escape la dicha por la mano abierta.

II, cap. VIII, y Lib. III, cap. Esto es lo que me propongo hacer en los capítulos siguientes. Segun esto parece que la extension en misma, y como distinta de las cosas extensas, no es nada; fingir la extension como un ser cuya naturaleza propia se puede investigar, es entregarse á un juego de imaginacion.