United States or Réunion ? Vote for the TOP Country of the Week !


Las ideas que de sus observaciones brotaban chocaron claramente con los preceptos que se le imponían; su buena fe le impulsaba a buscar, cada vez con más ahínco, una opinión, un juicio, que diera solución a sus dudas, algo fuerte en que apoyarse para vivir y creer al mismo tiempo; pero ningún filósofo, ni ningún escrito sagrado le podían dar lo que su propia conciencia se obstinaba en negarle.

Asoció las circunstancias del caso, y meditando sobre cada uno de sus aspectos, contempló las cosas como si se tratara de un drama ajeno. ¿Qué sucedería ahora? ¿Qué actitud tomaría Adriana ante él y con relación a la pobre Laura? ¿Y cuál sería su propia actitud? Se formuló por orden estas preguntas, para derivar consecuencias lógicas. Pronto empezaron a brillar las terribles respuestas.

Fue tan marcada su indiferencia, que don Juan se dijo: «¡Tendría gracia que yo me hubiese equivocadoPero tornó a mirarla y se convenció de que era ella, la misma, la propia Cristeta, que tantas veces le había dicho: «¡Juan míoPoco le faltó para llegarse a ella y hablarla. Por fortuna se contuvo pensando: «¿Y si me pega un bufido y me pongo en ridículo?

Pues ya que no hay nada de casorio, quiero tener contigo, contigo que eres mi hija, la familiaridad propia de un padre; quiero tutearte.... Y en este momento es preciso que sellemos nuestro parentesco dándonos un abrazo pero muy apretado.... así... no hay cuidado. Ya no somos novios, hijita. Se abrazaron estrechamente, confundiendo la bondad de sus corazones.

¡Usted ser mucho grande tonto! ¡Todo igual! Y se largó, asustado por su propia audacia. No obstante, a la mañana siguiente, apareció como siempre, dócil y sumiso, y no le recordé su defección.

Es su seriedad propia, su traje adusto, lo que le da esa apariencia melancólica respondió el médico. No, no; cuando habla parece que va a llorar.... Salvador se quedó pensativo, un poco inquieto.

En cambio, la visión propia del hombre, que es la visión diafenomenal, como quiera que, por enfocar el objeto con cada ojo desde un lado, lo penetra en ángulo y recibe dos imágenes laterales que se confunden en una imagen central, es una visión en profundidad.

Estaba asustada de su propia obra. «Yo soy una loca pensaba tomo resoluciones extremas en los momentos de la exaltación y después tengo que cumplirlas cuando el ánimo decaído, casi inerte, no tiene fuerza para querer». Recordaba que de rodillas ante el Magistral le había ofrecido aquel sacrificio, aquella prueba pública y solemne de su adhesión a él, al perseguido, al calumniado.

Al fin pronuncié su nombre y me sobrecogí de espanto, de tal modo que el sonido de mi propia voz me pareció extraño y lúgubre.

Es un juego griego me dijo. Tiene la sutileza propia de ese pueblo genial y decadente. Se presta a admirables combinaciones. En toda Europa no juega hoy otra cosa la gente que se aprecia y respeta.