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Actualizado: 20 de mayo de 2025


El inglés quiere moneda; la tendrá, y bien caliente, tanto que, saliendo de nuestros cañones, parecerán más bien lingotes de bronce que buenos escudos de España... ¡Subid las piastras!... ¡las piastras! Esta idea electrizó a la tripulación. El maestro Durand se precipitó hacia el pañol y bien pronto aparecieron tres barriles sobre el puente, unos ciento cincuenta mil francos aproximadamente.

En cuanto divisó a Tristán se precipitó hacia él y cayó en sus brazos llorando de alegría: ¡Hemos triunfado! Ya que has salido siete veces a escena... Si yo hubiera estado en el teatro me dejo cortar las manos si no sales catorce. ¿Pero es de veras que has estado preso? Ya lo creo, por haber querido explicar el argumento a un tío que no comprendía por qué gustaba tu obra.

Amaury, comprendiendo que aquella sombra era Magdalena, se precipitó hacia ella y la detuvo. La joven ahogó un grito que estuvo a punto de arrancarle la presencia de su novio y sintiendo instintivamente que obraba mal se apoyó temblando en el brazo de Amaury. Este sentía latir aquel pobre corazón que buscaba en él su apoyo.

La plebe entonces, como desbordado torrente que rompe el dique que le retiene y en violentas oleadas lo inunda todo, se precipitó por la puerta y llenó en un instante el parque que se extendía en torno del alcázar dentro del recinto murado. El rey, según hemos dicho ya, tuvo que replegarse y encerrarse de nuevo en el alcázar después de su vigorosa salida.

Gustaba de albergarse en fementidas casas de huéspedes de los barrios del Sur; mudaba de domicilio con frecuencia, y por temporadas, en vez de tener domicilio fijo, pernoctaba en las casas de dormir y comía en las tabernas. El ejercicio de la vida independiente le dio cierto vigor de voluntad, que es propio de los vagos; aguzó su ingenio, precipitó su desarrollo intelectual.

De manera que os arreglaréis de modo de conseguir esa pequeña suma de dinero, y voy a deciros hasta la vista, bien que deplore dejaros. Dunstan se marchaba, pero Godfrey se precipitó tras él y lo tomó del brazo, diciendo con un juramento: Os digo que no tengo dinero... que no puedo procurarme dinero. Pedidle prestado al viejo Kimble. Os digo que no quiere prestarme más y que no lo pediré.

¡Mis lindos capones! gruñó Susana, que juzgó oportuno aparecer y unir su nota sombría a la nota chillona de su ama. ¡Ah, piel de Judas! gritó mi tía. Y se precipitó detrás de las sirvientes cerrando furiosa la puerta de un golpazo. Señor cura dije yo inmediatamente, ¿creéis que en el universo entero haya otra mujer tan abominable como mi tía?

Julián precipitó el Gloria Patri para decirle en tono cortés: Hola.... ¿Se viene usted con nosotros por fin hasta Cebre? , señor contestó Primitivo, cuyo semblante recordaba más que nunca el de una estatua de fundición . Dejo dispuesto en Rendas, y voy a ver si de aquí a Cebre sale algo que tumbar....

Fortunata no daba un paso. Y se precipitó en los brazos del Delfín, lanzando este grito salvaje: «¡Nene!... ¡bendito Dios!». Olvidados de todo, los amantes estuvieron abrazados largo rato. La prójima fue quien primero habló, diciendo: «Nene, me muero por ti...». «Ven acá» dijo Santa Cruz cogiéndola por una brazo. Dejábase llevar ella, como la cosa más natural del mundo.

Bien, muy bien; pero muy... Un metro cúbico de gas se precipitó a la boca con tanta violencia, que Nicolás tuvo que ponerse tieso para darle salida franca, y a pesar de lo furioso que estaba, supo cuidar de que la mano desempeñara su obligación.

Palabra del Dia

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