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Actualizado: 21 de mayo de 2025


Cuando se cansó del coronel, amó a un ingeniero civil, y después del ingeniero a un periodista, y así sucesivamente hasta un torero de fama; porque el público llevaba una cuenta minuciosa de todas esas prodigalidades amorosas, aunque la pródiga pensaba que nadie se las veía.

Contra esto importa precaverse y estar sobre aviso. De aquí que tal vez los personajes que el Sr. Gener retrata en su libro queden tasados en su justo valer si rebajamos siquiera una tercera parte de las alabanzas que el Sr. Gener les prodiga.

Era todo el talento de Pepe Castro en el orden moral. Los demás que poseía referíanse enteramente al físico. Se habían disipado las nubes que cubrían la frente de Clementina. Mostróse locuaz y risueña. Fué pródiga de caricias con su amante en la hora que con él estuvo.

Perdido el tino del sendero, cansada v doliente, la muchacha se agarraba ahora a su pedazo de vida negra, con instinto de juventud y de esperanza, como si no tuviera las manos desgarradas de los zarzales del camino...; ¡y era que en la hermosura pródiga de su tierra hasta las zarzas echaban flores!...

Sus pies calzaban medias de seda, ceñía su talle corsé de raso, era pródiga en perfumar el baño, cuidábase con ahínco las manos y, aunque hiciese ostentación de vestir humildemente, la ropa blanca que gastaba era un primor en adornos, lienzos y hechuras: bajo vestidos lisos y de lana, solía ocultar enaguas guarnecidas de costosos encajes.

Los mismos que aprobaban sus planes, permanecieron silenciosos, como si les repugnase incluir al revolucionario en la pródiga distribución de tiros. Era un loco que imponía admiración, un santo que no creía en Dios; y aquellos señores de la tierra sentían por él un respeto igual al del moro ante el santón demente que le maldice y le amenaza con su palo.

No, Eduardo, no, porque me siento libre. Ya que será preciso evitar, huir de esa sociedad cuyo aprecio tanto buscan los otros, y que prodiga éste o lo retira de acuerdo con las reglas más extrañas y más inciertas. Tanto mejor.

Su mano, que era suave y ágil, rápida y diestra en el ejercicio de la caridad, estaba animada por una vida pródiga de misma; era una mano larga, flexible, fresca como una hoja; él, cuando la estrechaba, sentía en realidad la frescura de una hoja lozana.

Paséate por el campo, y la pródiga naturaleza te dará mil variedades de rosas y mirtos silvestres, enredaderas, amapolas, lirios, madreselvas, violetas y jazmines. ¿Deseas frutos?

Comedia Pródiga. Impresa en Sevilla, en casa de Martín de Montesdoca: acabóse á diez días de diciembre, año de 1554. El mismo, de quien ya hemos hablado, como editor de Lope de Rueda y de Alonso de la Vega. Fué librero en Valencia, y vivía aún á fines del siglo XVI ó á principios del XVII, aunque ya muy anciano. Las ediciones de sus comedias son: Comedia llamada Cornelia. Comedia de los Menecmos.

Palabra del Dia

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