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Actualizado: 21 de mayo de 2025
Baste decir que á Salomé se le olvidó pasarle los garbanzos á Lázaro, y que este, por no dar lugar á un nuevo conflicto, ni los pidió ni los tomó. Tampoco en la ración del realista estuvo muy pródiga doña Paz, pues se le olvidó ponerle carne, en lo cual aquel grande hombre, que sólo vivía de espíritu, no hizo alto.
Lope obtuvo dos veces el señalado á la mejor oda; pero su pródiga musa, no contenta con esto, además de multitud de sonetos y romances, alusivos al objeto de la fiesta, escribió dos comedias, que referían la vida del Santo, y que fueron representadas en su honor, mientras duraron estas solemnidades. También publicó una descripción de las fiestas, y una compilación de las poesías premiadas.
El clima es dulce y la naturaleza pródiga en esas regiones predilectas de la vieja raza.
La Gaceta de Rosas, tan pródiga en calumnias y difamaciones, no acierta a injuriarlo con provecho, descubriendo a cada paso el respeto que a sus detractores inspira; llámale manco boleado, castrado, porque siempre ha de haber una brutalidad y una torpeza mezclada con los gritos sangrientos del caribe.
Así nos vamos vengando unos en otros, de la manera más inhumana y estúpida. Realmente, la naturaleza es pródiga con el hombre egoísta y con la mujer voluble e insensible. Quizá es lo natural en el hombre ser un poco canalla, y en la mujer un poco cruel. Hasta es posible que la bondad y la generosidad sean una anomalía.
«Hace tres meses que no se ha pagado la pensión dijo ella al cabo, metiendo la mano en alguna parte de su extraña vestimenta». Porque el gabán tenía un bolsillo hondo. Su autora había sido pródiga en esto, presumiendo tener mucho que guardar. De aquel pozo de tela sacó un paquete de papel que parecía contener dinero.
Y además nos hacemos la ilusión de volver á los primeros siglos de la humanidad naciente, cuando el salvaje, sin la suficiente destreza para construir puentes sobre los arroyos, se servía como nosotros de los que le deparaba la pródiga naturaleza.
Mas yo, por te engrandecer, de hoy más, pródiga he de ser; que, aunque es vicio, es vicio honrado y de pecho enamorado, que en el dar se echa de ver.
Gracias a la milagrosa y pródiga protección del diputado, el distrito se empobrece, en vez en enriquecerse, y se transforma en una nidada de holgazanes y de ineptos. Vea V. por lo que yo, de puro amor al distrito, no quiero darle diputado hábil, como el que tenemos ahora; no quiero darle diputado que tanto turrón busque y reparta.
Así, sobre poco más o menos, andaba yo cavilando, cuando deberes de familia me llevaron al riñón de la provincia de Córdoba; a una dichosa comarca donde el color local provincial está difundido a manos llenas por la Naturaleza pródiga e inexhausta en sus varias creaciones.
Palabra del Dia
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