Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de julio de 2025
Fortunata pensó que, en efecto, se había atufado, pero no con brasero. Cediendo a los ruegos de su marido y de doña Lupe, se acostó, y a prima noche estaba más tranquila, desvelada, sin ningún apetito, oyendo con desagrado el ruido de los platos y cucharas que del comedor venía a la hora de cenar.
Dejadlos ahora dijo el amo, ya hablarán cuando tengan el estómago lleno. Vaya, rumia, aquí tenéis con qué llenar el fuelle dijo el cocinero en gallego cerrado, presentándoles las chuletas, cada una en un plato, y colocando los platos sobre una silla. Los niños se arrojaron a ellas como lobos.
Dupont tosía fingiéndose distraído como si no oyese al huésped, mientras su madre seguía con asombro los estragos que hacía el forastero en los platos. ¡Qué manera de comer! Aquello no podía hacerlo un cristiano.
Y era curioso ver con qué poco se contentaba aquella mujer acostumbrada al lujo y á prodigar el dinero como una princesa. Antes de estar iniciado en las dificultades de su posición, la he sorprendido alimentándose, según ella por gusto, con platos de su país que costaban apenas unos céntimos al día.
Sabido es, que entre la mayor parte de los pueblos del Oriente hay la creencia de que la muerte es solo un viaje, para el que se hacen distintas provisiones; esta creencia nos hizo adquirir antiguos fragmentos de distintas ollas y platos rotos, sin duda alguna por los desprendimientos de la roca.
Rafael Alcántara, que ya había pellizcado en todos los platos de entremeses, volvió a gritar: Señores, que venga por Dios esa cena, porque voy a pillar una indigestión de aceitunas. Acomodáronse todos, al fin. Dos mozos comenzaron a servir los platos.
No; no, señor... yo creo que no... pero quien puede deciros eso... es... el tío Manolillo... el bufón del rey, que fué quien me lo dijo á mí. ¿Pero cómo se sabe que esa perdiz estaba envenenada? Porque ha muerto un paje que se comió lo que había quedado en los platos de la reina y del padre Aliaga. Pero si quedó en los platos, debieron comer... No, porque el tío Manolillo asustó á la reina...
Poca razon aveis tenido, pues, fuera de la obligacion en que pone la cortesia, á no dezir mal el combidado de los platos que le ponen delante, por mal sazonados que esten en menosprecio del que combida.
Con la alarma en que estamos no he podido pensar en nada y confieso que olvidé por completo la promesa que hice anoche á vuestro noble amigo de proporcionarle uno de sus platos favoritos. Pero supongo, señor de Morel, que vos también honraréis mi pobre mesa.
Era una mano de Obdulia, la viuda eternamente agradecida. No saludaba con las dos, porque la izquierda se la oprimía dulce y clandestinamente Joaquinito Orgaz, quien jamás hizo ascos a platos de segunda mesa, en siendo suculentos.
Palabra del Dia
Otros Mirando