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Actualizado: 3 de julio de 2025
El ansia, la zozobra, los terrores súbitos, las esperas prolongadas, los momentos supremos de angustia, los esfuerzos de ingenio para buscar recursos, los rasgos de osadía, el drama, en fin, del amor perseguido con todo su aparato de misterio y disimulo, le placía sobremanera.
Doña Ana sintió terribles remordimientos por haber engañado y olvidado a aquel santo varón, que era perseguido por sus virtudes y ni siquiera se quejaba. Aquella sonrisa, y la comparación de las estrellas le llegaron al alma a la Regenta. «¡Tenía enemigos!» pensó, y le entraron vehementes deseos de defenderle contra todos.
Este drama abigarrado estad seguro que no será olvidado, con su fantasma perseguido siempre por una muchedumbre que no puede atraparlo, en un círculo que gira siempre sobre sí mismo y vuelve sin cesar al mismo punto; ese drama en el cual forman el alma de la intriga mucha locura y todavía más pecado y horror!....
Pero allí quedó la letra bordada brillando como una joya perdida que algún malhadado viajero podría recoger, para verse después perseguido quizá por extraños sueños de crimen, abatimiento del corazón é infortunio sin igual.
Poco menos interesante, aunque notable por los caracteres de los personajes, es Los enredos de Celauro, llenos de vida y de ingenio, y de situaciones dramáticas de gran efecto La boda entre dos maridos, La ocasión perdida, Los torneos de Aragón, El testimonio vengado, El gallardo catalán, Carlos el perseguido, Los peligros de la ausencia, La batalla del honor y otros muchos.
El alcaide de sí mismo. Calderón, en esta comedia agradable, parece que renuncia á su estilo ordinario, y sigue más bien los pasos de Lope de Vega. El argumento es el siguiente: El príncipe Federico de Sicilia ha dado muerte en un torneo, en Nápoles, al sobrino del Rey, huyendo luego para no ser perseguido. Nadie presume quién pueda ser el matador, porque el Príncipe, á causa de la enemistad, reinante há largo tiempo, entre Nápoles y Sicilia, se ha presentado de incógnito y con la visera calada. Para asegurar más su huída, se despoja en un bosque de sus vestiduras lujosas, sustituyéndolas con un traje muy pobre, con el cual implora luego el auxilio de una señora principal, cuyo palacio encuentra á su paso; pretexta ser un mercader, que ha caído en manos de salteadores, y la compasiva señora, no sólo le promete su protección, sino que manifiesta agradarle mucho su trato, y lo nombra representante suyo en el castillo. Sabe él entonces, con horror, que su bienhechora es la princesa Elena, hermana del que ha muerto á sus manos, y empeñada á todo trance en apoderarse de su matador. Al principio, sin embargo, no teme ser descubierto, puesto que nadie lo ha visto en Nápoles, excepto la infanta Margarita, hija del Rey, con la cual ha entablado relaciones amorosas, á consecuencia de un encuentro casual, habido entre ambos. Mientras tanto, un campesino sencillo, pero algo travieso, llamado Benito, ha encontrado en el bosque los vestidos del caballero, poniéndoselos para que sus compañeros lo contemplen con tan inusitada vestimenta; apodéranse de él los emisarios del Rey, encargados de aprehender al matador de su sobrino, y lo llevan preso á la corte; sus trazas rústicas se interpretan como obra del disimulo, y creyendo el Rey que tiene en su poder al caballero fugitivo, lo envía á la princesa Elena para que lo guarde en su castillo.
Otros dos hombres perversos, Romano y Sebastian, padre é hijo, cada uno de ellos peor que el otro, se declararon hereges antropomorphitas, de los que daban á Dios cuerpo negando la universalidad de su presencia; salió á la defensa de la verdad el intrépido y santo abad Sanson, y fué por Hostegesio perseguido.
Entre los contemporáneos debo citar al célebre poeta Zorrilla, que ha tenido tanta popularidad entre los amigos del romanticismo de formas y lenguaje. Es bien sabido que en esa ciudad sucumbió en la miseria y perseguido, en 1506, el inmortal Colon, á quien debió España sus mejores glorias.
Por fin la generala se convenció de que Miguel era el hombre que buscaba, el ideal de sus ensueños; le miraba con ternura, le hacía repetir con afán sus enmarañadas psicologías, se enteraba de los últimos pormenores de su vida espiritual y no cesaba de dolerse de no ser más joven para realizar por entero el sueño de amor que toda la vida le había perseguido.
Lo cierto sin embargo es que S. Eulogio fué perseguido y se vió en la precision de ocultarse. Los historiadores árabes refieren la muerte de Abde-r-rahman II como natural y tranquila. Nosotros hemos preferido sin embargo la relacion de S. Eulogio, porque ademas de ser contemporáneo, podia estar muy enterado de la verdad de los hechos por tener un hermano empleado en el palacio del sultan.
Palabra del Dia
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