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Actualizado: 27 de junio de 2025


Aquí la dama volvió a estallar en sollozos, y se tapó de nuevo el rostro con el pañuelo. El clérigo esperó a que continuase; pero viendo que no lo hacía, tomó de nuevo la palabra. Siento mucho ese percance, señora... Pero no creo que haya motivo para tal desconsuelo. Las ofensas que se perdonan no se sienten.

Cuando hay calamidades se perdonan las rentas, y el tambobo abre sus puertas, convirtiéndose en piadoso pósito, seguro remedio de la propiedad y del labrador. El viajero tiene no menos ventajas que el colono y el enfermo.

Nota también ella y nota con dolor, casi con ira, en los pequeños detalles de la vida común, ligeros solecismos de buen gusto, pecados veniales de ignorancia, faltas de menor cuantía contra ciertos principios, que denuncian en el pobre grande hombre las explicables lagunas de su educación primera, y las mujeres del temple y clase de Beatriz perdonan con más facilidad un vicio, tal vez un crimen, que una incorrección.

De antiguo cuidaron las autoridades de la ciudad del buen orden y gobierno de estos baños del Guadalquivir, dando multitud de providencias, bandos y edictos para evitar abusos, y así en los escritos publicados por el cabildo se hacía constar que: «Aunque no es de esperar que la gente de juicio falte á unas reglas que aspiran á su propia seguridad y á que se observe el mejor orden de honestidad y decencia... como hay personas que por satisfacer sus caprichos, sus vicios ó diversiones no perdonan medio alguno, aunque sea peligroso para conseguirlo, se castigará á éstas por la más ligera contravención

¿Volver a unirse? ¡En seguida! ¿Acaso estaba loco?... ¡Ah, señora! Olvida usted sin duda que hay cosas que jamás se perdonan; cosas... En fin, que quien bien está, que no se mueva. Ellos no servían para casados, no congeniaban; bastaba recordar el infierno en que se desarrollaron sus últimos meses de matrimonio.

Los Embaxadores del Rey, juntos con el del Emperador, tomaron con el Padre Santo y Cardenales un medio, que es el norte de todo el discurso passado, atajando que para lo futuro no se hiciese cosa alguna de lo que convenia á lo general, por donde parece inspiracion, á quien quisiere contemplar mas que lo temporal, ver que ser perdonan los condenados presos, los sueltos, ausentes y presentes, y que los suelten libremente, sin condicion, ó achaque, que se puedan ir en paz para adonde quisieren: y que desde el dia que fueren sueltos, y el perdon efectuado hasta seis meses primeros, no se pueda inquirir de sus culpas: y toda la persona de Portugal, que se quisiere salir del Reyno, lo dexe libremente, sin que pueda ser tomado en público, ó en secreto, y que puedan passar por las tierras y Reynos comarcanos con sus salvos condutos, que para esso se les dará; y passados los dichos seis meses, se les concede Inquisición rigurosa, como á Castilla

Y se dió el caso estupendo de que en algún periódico le pagasen menos dinero que a los demás, reconociendo la superioridad de su talento; y por eso mismo, porque su arte era «demasiado original». Y esa cualidad no la perdonan nunca la poetambre, ni los paladines de la frase hecha.

Al mismo tiempo que se hace la señal del combate, toca la campana de la torre la de la oración del Ave María; todos se arrodillan para rezar; descúbrese Laura; declara la inocencia de la Reina, y excita al acusador á confirmar su aserto, puesto que así se ha obligado á hacerlo para lograr su mano. Obedécela Belisardo; la Reina queda libre de toda mancha, y todos se perdonan y se abrazan.

¡Tienes mucha razón, amigo mío! exclamó Reynoso riendo . En este caso soy un traidor... Pero ellas me perdonan porque las dejo lo bastante para alimentarse y las estimulo a trabajar. De otro modo se aburrirían... No se apure usted, don Germán. Los traidores saltan en todas partes replicó Tristán dirigiendo una mirada penetrante a Cirilo y Visita.

Los amigos no le perdonan que tenga buena sombra y que de vez en cuando les tome un poco el pelo. Uceda se sintió mortificado por esta respuesta picante, pero tuvo fuerzas para disimular y dijo con acento grave y resuelto: Tendrá toda la sombra que quieras, pero no ha sabido portarse como persona decente ni con María ni con su amigo Velázquez, á quien debe favores y dinero.

Palabra del Dia

rigoleto

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