United States or Saint Vincent and the Grenadines ? Vote for the TOP Country of the Week !


Como aquí, el sol es caliente, el cielo azul, los árboles verdes; como aquí, las mujeres son morenas, cantan acompañándose de una guitarra y se arrodillan delante de la Virgen; sin contar con que más de una ensenada de la costa de Sicilia ofrecería un bueno y seguro refugio a la tartana. Vamos, ¡rumbo hacia Italia, comandante!

Se arrodillan, invocan al apóstol Santiago, y esperando un milagro, atacan con sus escopetas, arcabuces, lanzas y hachas. Los turcos cejan y vuelven las espaldas. En vano les anima su temible caudillo Suffarais, capitán general del mar, turco viejo y de gran obesidad, famoso por su coraje y atrevimiento.

En uno de ellos aparecen dos ermitaños que van de camino al santo sepulcro, y expresan su aflicción por la muerte del Señor con sentidas palabras. Agrégase después á ellos la Verónica, y los acompaña en sus lamentaciones. Al llegar al sepulcro se arrodillan los tres y oran, y al fin se aparece el ángel, que anuncia la próxima resurrección.

Al mismo tiempo que se hace la señal del combate, toca la campana de la torre la de la oración del Ave María; todos se arrodillan para rezar; descúbrese Laura; declara la inocencia de la Reina, y excita al acusador á confirmar su aserto, puesto que así se ha obligado á hacerlo para lograr su mano. Obedécela Belisardo; la Reina queda libre de toda mancha, y todos se perdonan y se abrazan.

Detrás de ellos vienen los grandes. Todos se colocan en fila á entrambos lados de la puerta, dejando una calle regularmente espaciosa. Por ella marchan las zagalas de Entralgo y Canzana cantando y agitando los panderos y en esta forma penetran en el templo. Se arrodillan al entrar, se levantan después y á los cuatro pasos se arrodillan otra vez y otra vez se levantan.

Después todo aquello se transforma en una capilla oscura y sucia, donde huele a sudor y a cera. Un hombre y una mujer se arrodillan ante otro hombre que lee un librote, trazando con las manos en el aire figuras misteriosas: la mujer es Cristeta; pero la fisonomía y el aspecto de su acompañante carecen de rasgos definidos.

Gran rumor en la iglesia a la aparición del sacerdote: las mujeres se arrodillan, la mayor parte de los hombres también. En la sacristía se opera un movimiento de concentración hacia la puerta. Don Fermín, dentro del presbiterio, inclinado profundamente, comienza a recitar con voz hueca y oscura las preces de la misa; un niño que tiene al lado le contesta.

Ya todos en el salón, la capitana y su marido se arrodillan delante de un altar provisional en el que se coloca la imagen, á cuya advocación está el pueblo; el Alcalde coge el bastón y el párroco la corona, se pronuncia por el último una oración, se coloca sobre la cabeza de la capitana la corona, se entrega el bastón al capitán, y repetidos vivas atruenan el Tribunal; suena la música, se hacen disparos, revientan bombas y cohetes, y en medio de esta alegría y algazara, las dalagas cubren de flores á la capitana.