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Actualizado: 7 de julio de 2025
En cuanto aparecía por allí doña Mónica se ponía a hacer guiños a aquél con tan poco disimulo, acompañándolos de una tosecilla tan falsa y burlona, que la buena señora enrojecía de indignación, y tanto llegó a irritarse que, aun perdiendo las cinco pesetas cada día, pensó en arrojar a aquel insolente de su casa. Los pensamientos de Barragán eran más altos, como ya sabemos.
Acostumbrada a descansar en su marido para todos los cuidados materiales, no pensó siquiera en tomar el timón en la mano y dejó que el barco privado de su capitán se fuese a pique. El enfermo tiró dos largos años, el tiempo necesario para agotar los últimos recursos, y sucumbió más a la angustia mortal que le dominaba ante el porvenir de las personas queridas que al sufrimiento físico.
Sin duda el único proyecto que le pareció natural era el de irse á Medina con su madre y ponerse á trabajar de nuevo y vivir del mejor modo que Dios les diera á entender; pero necesitaba saber dónde dormiría aquella noche. Pensó en su amiga Paca: era la más digna por su conducta y la que por su posición mejor podía ofrecerle hospitalidad.
Esta petición aumentó el remordimiento del príncipe. ¿Dónde puede encontrar un hombre un alfiler?... Mientras Alicia buscaba en sus ropas inútilmente, él pensó en regresar al Museo ó escalar los peñascos hasta una de aquellas casas donde vivían los empleados del príncipe. Habría dado cien francos por un alfiler... pero se acordó de que no tenía nada en sus bolsillos.
Como borra la esponja del escolar el problema escrito con tiza en la pizarra, para entregarse al juego, así se borró todo en mí para no ver más que lo siguiente: «Sr. D. Luis de Santorcaz: Voy a decirle lo ocurrido. Todo está resuelto, y por ahora le dan a usted con la puerta en los hocicos. La Sra. Marquesa de Leiva, al recoger a la señorita Inés, pensó en el modo de legitimarla.
Con mucho gusto dijo el duque. ¿Cómo va la duquesa? Llego del campo y aun no he tenido tiempo de hacer ninguna visita. ¿Que cómo va la duquesa? Sí. Creo que va a llorar. Está loco pensó el barón. El duque añadió sin cambiar de tono: Me figuro que Germana ha muerto y que Honorina se alegra de ello. Encuentro eso horrible y así se lo he dicho a ella misma.
Si, lo es, si rompes el matrimonio. En efecto, es verdad. La señorita Guichard creyó necesario dejar esta esperanza á su cómplice. "Me servirá mejor, pensó, si trabaja para sí mismo al mismo tiempo que para mi." ¿Y qué instrucciones me das? preguntó Bobart. Vigila atentamente á Roussel cuando venga y trata de saber lo que prepara. Pero sé prudente.
En mitad de la ascensión pensó que rodaba al pie del hórreo, y apretó contra el pecho a la niña, que, despertándose, rompió en llanto.... ¡Que llorase! Allí no la oía alma viviente; por la era sólo vagaba media docena de gallinas, disputando a dos gorrinos las hojas de una col. Perucho entró triunfante por la puerta del hórreo....
Creo inútil firmar.» Cristeta pensó: «¡Qué lacónico y qué escamado! Lo que él quiere es visita, entrevista para empezar a mentir, ponerse cariñoso y volverme loca. No, pues todavía no.» Llegado el día de la segunda cita entre Julia y don Juan, éste acudió primero.
Si no va usted, Adriana, todo habrá terminado entre nosotros." "¡Bah, pensó ella ya había decidido ir sin que tú me lo exigieras! Y ahora que Raquel y Fernando están aquí, mamá tampoco podrá poner inconvenientes". Abrió la otra carta, y ésta la leyó con emoción.
Palabra del Dia
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