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Actualizado: 1 de junio de 2025
Sí, te perdono, Ester, replicó el ministro al fin, con hondo acento salido de un abismo de tristeza, pero sin cólera. Te perdono ahora de todo corazón. Así nos perdone Dios á entrambos. No somos los más negros pecadores del mundo, Ester. ¡Hay uno que es aun peor que este contaminado ministro del altar! La venganza de ese anciano ha sido más negra que mi pecado.
Una de ustedes se casará con cualquier pelele, y la otra se meterá en un conventito a rezar por nosotros los pecadores, a no ser que algún día vea un galán por la reja, y se enamore, y luego se tire por la ventana a la calle. Doña María no podía resistir más.
28 Mas los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados; y los que dejaron al SE
Pues á darles gusto y que dejaran el sitio libre á los pecadores, á los malvados que aman este mundo y se conforman con todos sus defectos y tristezas, sabiendo que más allá no existe otro mejor. Aresti hablaba con una vehemencia feroz, brillándole los ojos con fuego homicida. Eres un inquisidor dijo su primo soriendo. Parece mentira que un hombre moderno como tú se exprese de tal modo.
Sólo la confianza infinita de la fe en Dios, que, impulsado por su eterno amor, se sacrificó por nosotros en la cruz, justifica á los pecadores. En este concepto, al arrepentirse los dos hermanos de sus pecados al reconocer la cruz, entran también ambos en la gracia divina.
Hermana Penchang, la vieja devota en cuya casa servía Julî, lo supo, soltó dos ó tres ¡susmariosep! se santiguó y añadió: Muchas veces nos envía Dios esas cosas porque somos pecadores ó porque tenemos parientes pecadores á quienes debiéramos haber enseñado la piedad y no lo hemos hecho. Estos parientes pecadores querían decir Juliana; para la devota, Julî era una gran pecadora.
30 Y los escribas y los fariseos murmuraban contra sus discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores? 31 Y respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no necesitan médico, sino los que están enfermos. 32 No he venido a llamar justos, sino pecadores a arrepentimiento.
Pero debemos compadecer y amar á los pecadores, aunque éstos sean de los más empedernidos y rebeldes. ¿Pero qué ha hecho? repitió Clara, haciendo un gran esfuerzo para disimular su turbación. No lo sé punto por punto; pero son cosas tan horribles.... Ha hecho lo que otros tantos desvergonzados que andan por ahí. Esta sociedad está perdida.
Tembló de miedo ante los años de presidio que le esperaban por desacato a la religión; lloró de arrepentimiento por su sacrilegio, y al fin, los más indignados acabaron por influir en su favor, y se arregló todo mediante la promesa de dar ejemplo a los pecadores con una penitencia extraordinaria.
13 Mas los hombres de Sodoma [eran] malos y pecadores para con el SE
Palabra del Dia
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