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Actualizado: 11 de mayo de 2025


Luego siguió con mirada distraída las evoluciones de varios pavos reales extendiendo bajo el sol sus mantos azul y oro de un negro señorial. Su viejo ayuda de cámara interrumpió este paseo. Unos hombres con un carro venían á buscar el equipaje del señor Castro. Miguel no manifestó sorpresa; podían entregarles todo lo perteneciente á don Atilio.

Para colmo de aflicción, vió la buena señora por todas partes los objetos con que Celinina había alborozado sus últimos días; y como éstos eran los que preceden á Navidad, rodaban por el suelo pavos de barro con patas de alambre; un San José sin manos; un pesebre con el Niño Dios, semejante á una bolita de color de rosa; un Rey Mago montado en arrogante camello sin cabeza.

No le faltaba más que el palo para parecerse a los que en vísperas de Navidad conducen por las calles las manadas de pavos. ¡Cómo se clareaba el despotismo hasta en sus menores movimientos! Doña Paca era la res humilde que va a donde la llevan, aunque sea al matadero; Juliana el pastor que guía y conduce.

Que me aspen dijo cuando la examinó jaula por jaula, si el corral de mi casa no tiene que ver más que esto: para cuatro pavos, dos mastines y un mico, no necesitaba el Ayuntamiento un presupuesto y un personal como los de esta casa, cuyo título es una burla completa de lo que sus verjas debieran encerrar.

Arrendólo todo; se fué á vivir al centro de Madrid, dedicándose á inglés, y no necesito decir más para que se comprenda de donde vinieron su conocimiento y tratos con Torquemada, porque bien se ve que éste fué su maestro, le inició en los misterios del oficio, y le manejó parte de sus capitales como había manejado los de Doña Lupe la Magnífica, más conocida por la de los pavos.

Algunos pescados, algunos pavos, la tradicional ensalada de frutas, a las que da color el rojo betabel, algunos dulces, un puding hecho con harina de trigo, de maíz y pasas, y todo acompañado con el famoso y blanco pan del pueblo, he ahí lo que constituyó ese banquete, tan variado en otras partes.

Salió escapado de la casa, y al poco rato los del herrero del bajo vinieron diciendo que le habían visto en la Ronda, pegando tiros contra la tapia de la fábrica del Gas, como para ejercitarse... ¡Ay!, la de los Pavos estaba aterrada. Toda aquella sabiduría lógica, que el pobre chico tenía en la cabeza, se le había convertido en humo sin duda.

Para fijar el día, tuvo que pensarlo porque no quería dar cuenta a doña Lupe de tal visita, temerosa de que metiera en ella su cucharada, y discurrió que era preciso escoger un día en que la de los pavos fuera al Monte de Piedad. «El viernes... ¿le parece a usted bien?, de diez a once de la mañana». Perfectamente... Adiós, hija, conservarse. Que la espero a usted. Que no me un plantón.

17 Asimismo trescientos escudos de oro extendido, en cada uno de los cuales gastó tres libras de oro; y los puso el rey en la casa del bosque del Líbano. 18 Hizo también el rey un gran trono de marfil, el cual cubrió de oro purísimo. 22 Porque el rey tenía la flota del mar en Tarsis, con la flota de Hiram. Una vez cada tres años venía la flota de Tarsis, y traía oro, plata, marfil, monos y pavos.

Quiero que, si caigo de nuevo en tentaciones semejantes, me falte un roast-beef, desaparezca del mundo el beef-steak, se anonaden los timbales de macarrones, no haya pavos en Perigueux ni pasteles en Perigord, se sequen los viñedos de Burdeos, y beban en fin todos, menos yo, la deliciosa espuma del Champagne.

Palabra del Dia

bagani

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