United States or Nicaragua ? Vote for the TOP Country of the Week !


Aquí se canta, se baila, se reza, se siega la míes, se recoge y se patina. La operacion de patinar duró arriba de cinco ó seis minutos, y el público unánime aplaudió á toda orquesta. Es verdad que patinaron maravillosamente; pero mientras que corrieron patines, yo vi correr patines; pero no vi la ópera. En resumidas cuentas, la ópera fué acaso lo que menos aplaudió el auditorio.

Juanito tenía presente los enormes monos trepando por un tronco, con el lomo apelillado y calvo, y los pájaros vistosos, a quienes no se podía quitar el polvo sin que cayesen las plumas; adquisiciones de almoneda, que convertían en un arca de Noé el gran salón, con su techo al fresco, donde jugueteaban amorcillos descoloridos y macilentos por la pátina de un siglo entero, y con sus enormes consolas doradas sobre las cuales se ostentaban grupos de frutas contrahechas, uvas y melocotones, cuya cera perdía los vivos colores bajo la capa de los años.

Los espejos, velados tristemente por la pátina de los diez lustros, parece que conservan como un vago reflejo de ensueño, rostros confusos y siluetas de lejanas personas desaparecidas, repetidas de uno en otro, infinitamente, en los cristales, como un cortejo de alucinación.

Ahora todo parecía sucio, con la pátina del uso sin medida, con el desgaste de un inevitable abandono: las ruedas estaban deformadas exteriormente por el barro, el metal obscurecido por los vapores de la explosión, la pintura gris manchada por el musgo de la humedad.

Maderas de raíz de nogal con filetes negros, y cuero cordobés con grandes clavos de níkel; armarios llenos de libros regularmente grandes, lujosa y severamente encuadernados; cortinones de color de café con rica y severa pasamanería; alfombra persa de severos colores; coronas de marqués en cada paño y en cada mueble; algunos cuadros al óleo, de tan severo gusto, que costaba trabajo descifrar el asunto de ellos debajo de la pátina que los obscurecía..., y así sucesivamente.

Podían servir para completar y dar pátina á un título nobiliario. ¡Pero Alemania!... ¡Las comodidades de su patria!... Quería que el cuñado admirase á su vez cómo vivía él y las nobles amistades que embellecían su opulencia. Y tanto insistió en sus cartas, que los Desnoyers hicieron el viaje. Este cambio de ambiente podía modificar á Julio.

Patina Santa era el gran sacerdote de uno de los dos templos del placer que existían en Sarrió. De vez en cuando salía por las aldeas comarcanas y traía las sacerdotisas que le hacían falta, que nunca pasaban de cuatro. No había más gabinetes, y eso que dormían de dos en dos.

Patina Santa, como únicos símbolos del nuevo y elevado destino a que la suerte les había llamado, colgaba de sus orejas pendientes de perlas y aprisionaba sus pies con zapatos descotados de sarga, los cuales eran bienes adheridos a la casa y servían para todas las que iban llegando.

Estas piezas se han construído en los talleres de artillería del arsenal de la Carraca, bajo la dirección del Teniente Coronel D. Manuel Ramos Izquierdo, por el mismo procedimiento empleado en el siglo XV que en otro lugar de esta memoria se explica, resultando con tal perfección, que á tener la patina de los años, se confundirán con las antiguas.

Sobre las mejillas, que delataban su blancura al través de la pátina del soleamiento, avanzaban las púas de una barba rubia no afeitada en algunos días, tomando a la luz una transparencia de oro viejo.