Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de mayo de 2025


Todo me parece que va al revés en nuestro pais, y que nadie sabe ni qual es su estado, ni qual su cargo, ni lo que hace, ni lo que debiera hacer; y que excepto la cena que es bastante jovial, y donde la gente está bastante acorde, todo el resto del tiempo se consume en impertinentes contiendas; de jansenistas con motinistas, de parlamentarios con eclesiásticos, de literatos con literatos, de palaciegos con palaciegos, de alcabaleros y diezmeros con el pueblo, de mugeres con maridos, y de parientes con parientes; por fin una guerra perdurable.

Esta se la dio con sentimiento, mostrándose pesarosa de la soledad en que hasta el próximo día quedaba en sus palacios, habitados por sombras de chambelanes y otros guapísimos palaciegos. Que estos, ante los ojos de los demás mortales, tomaran forma de gatos mayadores, a ella no le importaba.

Luego, continuaba Memnon, es necesario no descuidar su caudal: mis deseos son moderados; tengo mi dinero que me produce buenos réditos y con buenas fianzas en poder del tesorero general de Ninive, y me basta para vivir sin depender de nadie, que es la mayor fortuna, porque nunca me veré en la cruel precision de ir á besar manos de palaciegos; á nadie tendré envidia, y de nadie seré envidiado: cosa no ménos fácil.

Por las que recogió Bermúdez de Castro, aparece domiciliado en París, en trato íntimo con el Soberano, que gustaba mucho de sus pláticas y le llamaba «su maestro de cuentosobsequiado de los palaciegos y de los personajes de la alta nobleza, con regalos y favores; siendo objeto de todas las conversaciones; en todas partes buscado y atendido; pasando la vida entre festines; haciendo ostentación de criados extranjeros y manifestaciones múltiples del lujo .

Después que un ángel pronuncia el prólogo, aparece Lucifer con su séquito de chambelanes y palaciegos, todos diablos. El señor Satanás, caballero de la corte y consejero secreto, se encarga de tentar á nuestros primeros padres. Después viene el Mundo como rey, acompañado de ángeles y del Tiempo.

Vió que la reina era una víctima que luchaba, que estaba sola en la lucha, que era infeliz; comprendió que la reina era valiente, que había luchado, luchaba y lucharía, y que la lucha debía haberla procurado enemigos; vió en los ojos, en el semblante de la reina, la altiva tristeza de la dignidad hollada; comprendió cuánto debía sufrir aquella mártir coronada, unida á un rey casi nulo, sobre el que tenían una decidida, una incontrastable influencia palaciegos codiciosos, vanos, miserables, capaces de todo por sostenerse en el favor del rey, que era el medio para ellos de sostener su vanidad y sus rapiñas; fray Luis, por amor á la reina, fué enemigo de aquellos hombres, contrajo consigo mismo el grave compromiso de defender á la reina, de ayudarla, combatiendo á sus enemigos; y sin embargo, nada dijo á la reina, jamás una mirada suya torpe ó descuidada, pudo revelarla lo que por ella sentía el padre Aliaga.

Lo admiramos pero no nos inspira una simpatía familiar, porque fue dichoso en su existencia; tuvo amores con grandes damas, desempeñó altos cargos palaciegos, gobernó un país, vivió en la hartura.

Los mismos palaciegos daban parte diario á su señor de si lo celaba su esposa; y estos mismos palaciegos cercioraban á la archiduquesa detalladamente de cuanto podia contribuir á irritarla mas. Por uno de estos llegó á saber que una de las cosas que mas habian encantado á su esposo de la camarista, era su hermosísima poblada y rubia cabellera.

Es la vieja política que vuelve o más bien, que continúa a pesar del cambio de unos hombres por otros, y de las declamaciones prosopopéyicas de los palaciegos en el Capitolio: es decir, la política de Tartufo, que ya encontrara aquí Luz del Día en su peregrinación por América, cuando, cansada de vivir en Europa, hizo su viaje de incógnito por estas tierras según la sabrosa creación alberdiana.

Su excelencia, declarando que los palaciegos se habían quedado cortos en el elogio, departió familiarmente con el artista; y éste, animado por la amabilidad del virrey, le dijo que ya le aburría la clausura, que harto purgada estaba su falta en tres años de vida conventual, y que anhelaba ancho campo de libertad.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando