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Actualizado: 25 de junio de 2025


Los holothuridos, sumamente apreciados por los chinos, por suponer que es un poderoso afrodisiaco, constituyen para ellos un manjar exquisito, llegando á pagarse las especies stichopus y bodohschin, abundantes en Filipinas, á elevadísimo precio.

Se desloma uno sobre el yunque, suda el quilo, gasta su juventud, y cuando la mano tiembla y el cuerpo no puede tenerse en pie, alcanza el fruto de su trabajo, ¿de qué le sirve entonces? ¡para pagarse el responso y hacer gozar a los demás! No se vería él en ese espejo. Mascar mientras haya dientes, porque a boca desportillada sabe mal el mejor bocado.

Doña Manuela tenía dinero; comenzaron a pagarse las cuentas con regularidad; los proveedores no la molestaron ya exigiendo el pago de los atrasos, y la modista francesa, después de embolsarse algunos miles de reales que creía perdidos para siempre, hizo a las niñas de Pajares nuevos trajes para lucirlos en la feria de Julio.

Los auxiliares acantonados en San Luis recibieron un magnífico vestuario, y sus sueldos empezaron a pagarse de las cajas de Buenos Aires.

No tentándole gran cosa los libracos de su carrera, resolviose a dejarla en el punto en que la tenía cuando los tristes acontecimientos de Peleches le obligaron a trasladarse a su casa solar; pero como se había dejado por allá, en vías de buen arreglo, cierto asunto que nada tenía que ver con la heredada hacienda ni con los afanes universitarios, encomendando el caserón nativo y todas sus pertenencias, muebles e inmuebles, al cuidado de una persona de su confianza, y sin pagarse mucho, por entonces, de los libres y salutíferos aires patrios, aunque a reserva de volver a henchirse de ellos tan pronto como lo necesitara, tornose a la ciudad, que era Sevilla.

Con los libros a la vista, expuso el verdadero estado de la casa: deudas que no podían pagarse y créditos que no se cobrarían nunca: la caja vacía, y en el Banco escaso depósito para hacer frente a las necesidades más apremiantes. ¿Y quién tiene la culpa de todo esto? exclamó Jacinto; usted es el que lo maneja todo, el que hace y deshace, el administrador y el tesorero de la casa.

El palacio de Pésaro, como todos los del Gran Canal, está solo y triste, deshabitado y en abandono; hanse ya casi extinguido las familias de los senadores y de los duxes: como falta la patria falta todo: los palacios portentosos que allí abundan se venden por insignificantes cantidades: la célebre Taglioni posee tres en el Gran Canal: con lo que la han costado apénas podrian pagarse los cimientos de uno solo.

Y no les falta á los últimos su razón de lógica, puesto que, si para entrar al cielo hay que pagar el pasaporte en la tierra, con igual motivo habrá de pagarse la entrada á las igleslas. Tolerante como soy respecto de todas las creencias religiosas, con tal que sean inofensivas, respeto la veneracion que el vulgo muestra por las reliquias sagradas.

Y no es, joven amigo, que yo pretenda aminorar la recompensa de su tarea. Yo entiendo que estos encargos deben pagarse bien. Además, amo a la, juventud y deseo protegerla. Le daré a usted tres mil reales por su trabajo; pero que sea grueso el libro, ¿eh?, y sobre todo, notas... muchas notas. Tal vez si la cosa sale a mi gusto, como yo la he concebido, llegue a los cuatro mil.

Tendrá todo eso y mucho más; yo nunca se lo he negado; pero ella se está bien en su casa y mi Bartolo en la suya. Nada se deben y por lo tanto nada tienen que pagarse. ¡Ya lo pienso yo que nada se deben! exclamó desde un rincón la severa Pacha. Mi hermana no debe nada á nadie; y si tratara de buscar mozo, mejor que ése encontraría.

Palabra del Dia

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