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Actualizado: 5 de junio de 2025
Petra empezó a mandar en Miguel como en cosa propia, y a dictarle reglas de conducta para todos los actos de la vida, haciéndole estudiar a su lado el tiempo que juzgaba necesario y prohibiéndole los juegos cuando lo creía oportuno. Porque perdió dos pañuelos en pocos días, tomó la resolución de cosérsele al bolsillo.
Este ejemplo de abnegacion sublime, de sublime heroicidad, nos enterneció de tal modo que nos aproximamos resueltamente; otros vecinos acudieron, y entre todos, en embrion, en tropel, apagamos el fuego con las manos y con los pañuelos del bolsillo. Yo estaba entre aquella gente, y hablaba á todos como si fueran individuos de mi familia.
¿Y nadie más? ¿No ha estado Mauricia? No señora... Esta mañana la vi en la puerta del bodegón de la Plazuela de Lavapiés. Vive por aquí cerca... «Señá Mauricia, mire que la señora la está esperando...». Me contestó, dice: dile a esa tiona que si quiere correr los pañuelos que los corra ella, y que si no, que los deje... «¡Habrá indecente!...» exclamó la señora algo distraída.
Empezó la tía a hacer encajes, y le salieron dos o tres de Portomar a poner la competencia... porque ahora son mucha moda estas puntillas, hasta para pañuelos; lo que estoy rematando es un pañuelo.
El reloj de la torre llamada el Miguelete señalaba poco más de las diez, y los huertanos juntábanse en corrillos ó tomaban asiento en los bordes del tazón de la fuente que adorna la plaza, formando en torno al vaso una animada guirnalda de mantas azules y blancas, pañuelos rojos y amarillos ó faldas de indiana de colores claros.
Y, sin vacilar, con arranque feroz, alzó el puñal con la otra y clavó de un golpe ambas sobre la mesa. Las mujeres lanzaron un grito de terror. Los hombres nos precipitamos a socorrerlos. Algunos salieron en busca de auxilio. En un instante llenose nuestro cenador de gente. De las heridas brotaban abundantes chorros de sangre, que manchaban los pañuelos que les aplicábamos.
Por todos los senderos se alejaban grupos multicolores: unos obscuros, sin escolta alguna, marchando lentamente, como si se arrastrasen, con la miseria de la ancianidad; otros bulliciosos, de faldas inquietas y pañuelos ondeantes, seguidos a distancia por una tropa de atlots, que gritaban, relinchaban y corrían para advertir su presencia a las muchachas. Aún quedaba gente dentro de la iglesia.
El bohemio de la luz y del espacio piaba como expresando la extrañeza que le producía ver allá abajo aquel pobre ser amarillento y flaco, estremeciéndose de frío en pleno verano, con unos cuantos pañuelos anudados a las sienes y un harapo de manta ceñido a los riñones.
Ahora, niña, toma uno mío, otro de Pepa, y otro de Rodolfo. De Rodolfo hay uno que no quiero darte, uno que ya conoces, de cuando era chiquito, uno en que está jugando con un aro.... Ese no. De los demás el que tú quieras. Después le regaló unos pañuelos de seda y un abanico de laca. Este abanico no es de moda, lo sé bien, pero dicen que es una pieza de mucho mérito, legítima de China.
Inmediatamente cundió por el comedor el olor fétido de la carne de cisne... Los curiosos se llevaron los pañuelos a las narices, al menos, aquellos que tenían pañuelos... Juanillo ensayó cortar un alón con el trinchante, inútilmente: la negra carne parecía madera... El capataz se adelantó entonces ofreciéndole su facón, que, recién afilado, cortaba como navaja de afeitar... Con él, a costa de penosos esfuerzos, consiguió Juanillo servirse una ración que apenas cabía en el plato...
Palabra del Dia
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