Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de junio de 2025
Pero ¿dónde está Rubio? ¿Dónde está el más terrible y feroz de todos ellos? No se sabe, mas al cabo de mucho tiempo sale de la espesura arrastrando consigo a Socorro, la más sentimental de las ondinas de D. Cristóbal. En los rasgos crueles de su fisonomía viene pintada la expresión del triunfo, y en los de ella la vergüenza y la sumisión de una cautiva.
Además, prescindiendo de las dificultades materiales; contando para tramoyista y pintor escenógrafo con una exuberante y voladora imaginación; construyendo en el seno del espacio sin límites un teatro ideal, donde quepan cielo, infierno y creación entera, y proporcionándose una compañía de comediantes, donde haya ángeles, diablos, ondinas, sílfides, Oberon, Titania, Ariel, dioses del Olimpo, dioses subterráneos, todos los bienaventurados de la corte celestial, el Padre Eterno, la Virgen María, brujas, monos y gatos, y hasta estrellas, ríos, montes, y terremotos que hablen y accionen, el estrecho cuadro dramático se ensancha hasta llenar la inmensidad y todo cabe en él con holgura.
Le pareció que caía la venda de sus ojos y se rió de sí mismo que por mucho tiempo había adorado a aquel idolillo de marfil. Cuando instado por el público Rojas se puso de nuevo a leer La danza de las ondinas no pudo resistir más; se alzó del asiento y salió a la calle. Aburrido y encolerizado bajó hasta la Puerta del Sol y entró en un café a tomar chocolate.
Por medio de conjuros evocamos a los demonios; por medio de exorcismos los arrojamos de donde no conviene que estén; las sílfides y las ondinas se mueren de amor por nosotros; los dioses y las diosas de todas las religiones suelen prendarse de los mortales y casarse con ellos; los genios acuden a valernos, a protegernos y a inspirarnos poesía, prosa y otros primores; las hadas tejen ricas telas, fabrican brillantes joyas y favorecen a las princesas y hasta a las fregatrices; los ángeles son nuestra custodia y vienen a nosotros como embajadores y aun como mandaderos; y los arcángeles, ya son paraninfos, ya a modo de escuderos y guías que en nuestros viajes nos acompañan. ¿A ver, pregunto yo, si es lícito pedir o esperar más, después de alcanzar o de haber alcanzado todo lo dicho?
Creeríase que sale de las profundidades de la tierra y que el señor de Golfín, el hombre más serio y menos supersticioso del mundo, va a andar en tratos ahora con los silfos, ondinas, gnomos, hadas y toda la chusma emparentada con la loca de la casa.... Pero, si no me engaña el oído, la voz se aleja.... La graciosa cantora se va.... ¡Eh! Muchacha, aguarda, detén el paso.
Al ver que Pirovani se había metido en su casa, no quiso buscar mentalmente nuevas explicaciones y abrió el sobre que acababa de recibir, empezando á leer su contenido en medio de la calle. Sus ojos pasaron por varios renglones, sin comprenderlos. «Una docena de frascos de «Jardín Encantado». «Idem ídem de «Ninfas y Ondinas». «Seis docenas de cajas de jabón «Claro de Luna».
En pos venían los silfos y las ondinas. Y luego las aladas salamandras extraían del escondido seno de las cosas una incomprensible virtud, de mayor ligereza que la luz y el fuego, rápida y potente como el rayo, y se la prestaban a los hombres para que iluminasen y moviesen con ella los seres inertes y obscuros y transmitiesen con instantánea y casi ubicua rapidez el pensar y el sentir, la palabra y el sonido.
Tiene canales, pero estos no reflejan obras de arte, sino en su mayoría ruinas y suciedad; sobre sus aguas no se pasean poéticas góndolas, templos del amor y del arte, sino sucias bancas tripuladas por no menos sucios remeros; no esponjan las plumas en sus orillas cisnes ni oropéndolas, mas en cambio invaden la corriente, que mentiríamos si dijéramos cristalina, sílfides chinas y bronceadas ondinas.
Excelso padre Apolo: por las musas gloriosas, por los sátiros viejos del bosque secular, por las suaves ondinas que duermen en los lagos, por la luna, tu hermana, de soñolienta faz; suelta las rojas bridas de los salvajes potros que, en furioso galope, sus crines tenderán, y que enciendan sus cascos, al chocar con los soles, reverberantes rayos de paz y libertad.
Llegan la musa TERPSÍCORE primeramente, y después las NINFAS, las NÁYADES y las ONDINAS bailando y esparciendo flores al son de las liras de APOLO y de ERATO y de la flauta de EUTERPE. Después de la danza todos se colocan á ambos lados del escenario.
Palabra del Dia
Otros Mirando