Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 3 de mayo de 2025


¡Vuelve en ti, Roberto! le murmuré. Todo puede componerse todavía.

Estaba con la cabeza baja y el pensamiento en lejanía. ¡Pillo! murmuré, a pesar mío. No, no era un pillo corrigió la Pinta, volviéndose a mirarme con gesto dolido . No era cura todavía; seminarista nada más. Quería casarse conmigo. Nos escapamos. El padre de él le cogió. Mi madre no quiso admitirme en casa. Después, claro está.... Estoy segura que mi novio sigue queriéndome.

¡Pie a tierra! repitió bruscamente; y obedecí. El bosque era espesísimo desde la orilla misma del camino. Ocultamos nuestros caballos entre los árboles, les vendamos los ojos y permanecimos inmóviles junto a ellos. ¿Quiere usted saber quiénes son? murmuré , y adónde van. Entonces noté que su diestra empuñaba un revólver. Oíase cada vez más próximo el trote de los caballos.

Todo se va ordenando del modo más a propósito para que se hable, se comente y se murmure lo menos posible. Las mandas están repartidas; mi mujer ha tomado una linda suma: los parientes del Marqués han recibido joyas, dinero y fincas. Queda aún por entregar lo mejor de la herencia.

Cómo me espanta ese matrimonio en que ninguno de los dos se conoce murmuré estremeciéndome... No hablemos de matrimonios exclamó el cura. Estamos en el celibato, hablemos de él... No tenemos más que transportar a las solteronas las cualidades de bondad que admiramos en la mujer casada, para darnos cuenta si está o no en su vocación.

En casa del padre Tomás murmuré para mis adentros, no hay nada que temer... La feria del matrimonio no tiene allí puesto. Llamé, pues, con todo el candor de una perfecta quietud y no encontré extraordinario que el cura no estuviese solo.

Sin embargo ... murmuré yo. A pesar de las palabras del médico viejo no me tranquilicé, y, con esta tendencia que se tiene a aumentar el propio mal, le pedí informes de Machín. Machín es un hombre de una voluntad de hierro me dijo el médico . le conocerás. No; no creo haberle visto nunca. Pero habrás oído hablar de él. Poco. Pues Machín es hijo de un caserío de tu abuela.

Palidecí tanto, que Blanca lo notó, por más que la alcoba estaba sumida en una media sombra. ¿Qué tienes, Reina? ¿Estás enferma? Un calambre murmuré con voz débil. Voy a buscar éter dijo, levantándose diligentemente. No, no proseguí, haciendo un violento esfuerzo para recuperar mi altivez que se desvanecía. Ya ha pasado, Blanca, ya ha pasado. ¿Sufres de eso a menudo, Reinita? No... algunas veces.

Algo, no obstante, de ese anhelo debió percibir en mis ojos, porque se levantó riendo: Los dejo para que hagan las paces. ¡Maldito bicho! murmuré, ya tranquilo cuando se alejó. ¿Por qué? ¿Qué le ha hecho? Dígame, María Elvira exclamé ¿le ha hecho el amor a Vd. alguna vez? ¿Quién, Ayestarain? , él. Me miró titubeando al principio. Luego, plenamente en los ojos, seria: me contestó.

Aquí tenemos mucho trabajo. Ya sabe usted: mi clientela es numerosísima, y por ende no falta quehacer. Si quiere usted trabajar.... Es lo que deseo... murmuré, bajando la vista, mientras el abogado me miraba de hito en hito. Pues bien, así lo quiero, trabajadorcito. Diez amanuenses he cambiado en este año, y, a decir verdad, ninguno me ha dejado contento. ¡El mejor no valía tres caracoles!

Palabra del Dia

bagani

Otros Mirando