Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 12 de mayo de 2025


Flimnap pasó una segunda noche sin dormir. Tenía ante sus ojos á todas horas el rostro doloroso del gigante caído. Contemplaba sus manos cubiertas de sangre, su cuello surcado por dos profundos arañazos, su gesto de cólera impotente, que hacía recordar la desesperación pueril de un niño abandonado. ¡Morir así! murmuraba el vencido . ¡Acabar á manos de este hormiguero de hombres-insectos!...

A don Fermín no le importaba mucho lo que dijeran, pero quería saber lo que se murmuraba y a dónde llegaban las injurias. No pensaba en tal cosa el Magistral aquella mañana fría de octubre, mientras se soplaba los dedos meditabundo. Una cosa era lo que debiera estar pensando y otra lo que pensaba sin poder remediarlo.

Jacobo leyó todo ello con atención, mas sin sorpresa, y como si todo lo que allí se trataba le fuera conocido; tan sólo al recorrer los últimos artículos en que el nombre del marqués de Sabadell aparecía consignado, una sonrisa truhanesca entreabrió sus labios mientras murmuraba: ¡Ah, pillo!...

Muy bien murmuraba la bronca voz. Así me gusta... Toma un duro. Y hasta el año siguiente, rara vez se veía el muchacho acariciado por su padre. En ciertas ocasiones, jugando en el patio, había sorprendido la mirada del imponente señor fija en él, como si quisiera adivinar el porvenir. Don Andrés se encargó de su instalación en Valencia al comenzar los estudios en la Universidad.

Evidentemente, es un hombre, no lo dudamos... pero a me quieres más, ¿cierto, papá querido? dijo besando a su padre. El recuerdo de Juan estaba ya lejos de ellos. Entretanto, el pobre joven caminaba sin ver la gente que pasaba a su lado, sombrío de desesperación. ¡Dios mío! murmuraba en su interior ¡cómo librarme de la constante, de la abrumante idea que me domina!

Un gran silencio se cernió sobre la estupefacción de todos. Creo que hubiera sido curioso observar las fisonomías, pero yo no tuve la serenidad necesaria. Se murmuraba en voz baja palabras de asombro y de vaga simpatía, pero nadie tenía gana de reír.

Saltó fuera del lecho y se vistió a la vez que murmuraba entre dientes: ¿Qué temor absurdo me agita? Era un sueño, un sueño espantoso, insensato. Marta me estima, sus intereses son los mismos que los míos. ¿Por qué me engañaría? No, no, pues haría pedazos su felicidad sin razón ni provecho para ella.

He dicho que no. Déjame en paz el alma. Al veinticinco, don Manuel... al veinticinco. Me esperan en casa para que pague. Márchate, o llamo al sacristán. Pues bien; al treinta... que sean al treinta por ciento, como la otra vez. Todo sea por Dios murmuraba suspirando dolorosamente . No dejáis tiempo ni para salvar el alma. Espérame en casa, yo iré así que termine este rosario.

Y los miles de gritos, con una melopea recomenzada incesantemente á través de los días y las noches, cantaban el choque monstruoso que había presenciado esta tierra y del cual guardaba todavía un escalofrío trágico. Muertos... muertos murmuraba Chichí, siguiendo con la vista la fila de cruces que se deslizaba por los flancos del automóvil en incesante renovación.

¡Qué calles estas! murmuraba Esteven, si aquí no vale andar sobre ruedas; el mejor coche para ir de prisa y sin dificultad es el de San Francisco, y aún así... Asomaba la cabeza por la portezuela, sonriendo a los conocidos.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando